El hombre de nacionalidad rumana que es enjuiciado desde este lunes por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Granada por matar de una paliza a un compatriota en Baza (Granada) ha asegurado que ya se lo encontró muerto en una habitación de su domicilio cuando regresó para dormir.
El acusado, de iniciales C.S. y 42 años, se ha negado a responder a las preguntas de la Fiscalía, pero sí lo ha hecho ante su defensa. A respuesta de las cuestiones planteadas por su abogada, ha explicado con la ayuda de una intérprete que el 29 de julio de 2006, un día antes de lo ocurrido, coincidió con la víctima, con la que no tenía mucha relación, en la fiesta que un amigo había organizado en su casa. El fallecido, de iniciales I.N.N., se marchó del lugar sobre las 11 de la noche, mientras que el procesado se fue con unos amigos unas dos horas más tarde.
Se dirigió hacia su domicilio, en el que vivía en régimen de alquiler junto a otros dos compañeros, y allí se encontró en uno de los dormitorios a I.N.N., que podría haber entrado con alguna llave que alguien le hubiera facilitado.
Al principio, el inculpado "pensó" que estaba inconsciente, e intentó reanimarlo "dándole unos golpes" en la cara y echándole agua con un cubo que encontró en la terraza, pero después se percató de que no despertaba porque en realidad estaba muerto. Al día siguiente, según ha dicho, recibió una llamada de su hijo, que había sufrido un accidente de coche y se marchó a Rumanía.
La Fiscalía solicita para el acusado 12 años de prisión por un delito de homicidio con la circunstancia atenuante de encontrarse bajos los efectos del alcohol, mientras que su defensa pide la libre absolución o, alternativamente, un homicidio imprudente con una pena máxima de 4 años, porque sostiene que, si C.S. causó la muerte de la víctima, lo hizo "por accidente". "No hay ni una sola prueba que le implique como causante de la muerte. Se acusó a la única persona que no estaba en el domicilio cuando se encontró el cuerpo", ha defendido la abogada del acusado ante el jurado.
El juicio continuará este martes con la declaración de los policías nacionales que realizaron la inspección ocular del domicilio donde se encontró a la víctima, y con los dos compañeros de piso del inculpado y del amigo que organizó la fiesta el día antes, que podrán aclarar la relación existente entre el acusado y el fallecido y si discutieron antes de que se encontrara su cadáver.
Según la acusación de la Fiscalía, fue antes de las 12,00 horas del 30 de julio de hace casi seis años cuando el procesado entabló una discusión con su compañero de piso, en la vivienda situada en el número 19 de la calle Virgen de la Soledad de Baza.
En el transcurso de la riña, el acusado le propinó a su compañero, "con la intención de causarle la muerte", fuertes golpes en el rostro y en la cabeza. Su víctima cayó sobre una cama de la habitación y el inculpado que, según el fiscal, estaba bajo los efectos de bebidas alcohólicas, se marchó del lugar.
Como consecuencia de los golpes recibidos, I.N.N. sufrió un traumatismo cráneo-facial que le causó una hemorragia subaracnoidea que le ocasionó la muerte, entre las 12,00 y las 14,00 horas del mismo día de los hechos.
El Ministerio Público atribuye al acusado un delito de homicidio con la circunstancia atenuante de encontrarse bajos los efectos del alcohol, y solicita para él, además de la pena de cárcel, el pago de una indemnización a los herederos del fallecido de un total de 87.990,30 euros en concepto de responsabilidad civil.
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