Belleza, fervor mariano y calor fueron los ingredientes de la celebración de la festividad del Corpus Christi en Arcos el pasado domingo. Pero cuando hay verdadera devoción, ni el intenso calor impide a los fieles seguir el cortejo procesional de Jesús Sacramentado.
La festividad comenzó temprano, sobre las 10.00 horas, con la solemne función principal que pronunció el párroco Domingo Gil Baro en la Basílica Menor de Santa María. Tras la misa, dio comienzo a la tradicional procesión del Corpus Christi, que trascurrió en un alarde de belleza y emoción en su recorrido por el Callejón de las Monjas, la calle Marqués de Torresoto, Boticas, etc., para adentrarse en el casco antiguo más profundo y, posteriormente, regresar a su templo.
Las autoridades municipales, con el alcalde, José Luis Núñez, a la cabeza, tomaron parte en el recorrido bajo maza, dando así un carácter muy solemne a la cita. Estuvieron acompañados del hermano mayor de La Sacramental, Luis Reyes, y por la banda municipal de música Vicente Gómez Zarzuela, además de por un nutrido grupo de niños de primera comunión.
La procesión irradió luz y color en torno a una fiesta de tradición cristiana y que se convierte cada año en una ocasión extraordinaria para asomarse al casco antiguo.
La procesión culminó una semana plagada de actos religiosos en torno al Corpus Christi y orquestados por la hermandad de La Sacramental. Los recién nombrados diáconos Sergio Moreno Ruiz y Pedro Antonio Lozano Ramírez participaron con varias ponencias.
El hermano mayor había pedido la participación de los fieles en los distintos cultos y en la procesión y éstos nos decepcionaron.
Los vecinos del municipio también contribuyeron engalanando las fachadas y los balcones de sus viviendas, que fueron el complemento perfecto a un día de culto en honor a Cristo. Como novedad, se montaron varios altares.
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