J.A.H., acusado matar de 59 puñaladas a un comerciante de la Alameda de Hércules en julio de 2011, ha declarado este lunes ante el jurado encargado de enjuiciar los hechos que, efectivamente, acabó con la vida de Manuel Flores Biedma después de haberse instalado en su hogar y tras conocerse ambos en un bar de ambiente homosexual. No obstante, el acusado ha negado que cometiese un asesinato y ha defendido que la víctima intentó mantener con él relaciones sexuales no consentidas y que fue precisamente Manuel Flores Biedma quien blandió primero el arma del crimen en la discusión en la que se habían enzarzado.
A J.A.H., como se ha informado, le constan 41 detenciones anteriores y la Fiscalía le pide 23 años de cárcel por los hechos relativos a la muerte de Flores Biedma. Este lunes, la primera sesión de esta vista oral ha arrancado con la selección del jurado popular encargado de enjuiciar el caso. El acusado, de cualquier modo, ha admitido haber dado muerte al comerciante, pero ha negado un asesinato y ha defendido que la víctima intentó perpetrar sobre él una agresión sexual y que precisamente Flores Biedma fue el primero de ambos en empuñar el cuchillo involucrado en los hechos.
Ha esgrimido además, que las lesiones sufridas durante la liza derivaron, de hecho del forcejeo emprendido para arrebatar al comerciante el arma blanca.
Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, fue el 6 de julio de 2011 cuando el imputado se trasladó a Sevilla tras no incorporarse, desde el día 1 de julio, a la cárcel del Puerto de Santa María, donde se encontraba cumpliendo condena y del que salía a diario para realizar un curso de cocina.
Así, en la madrugada del día 6 de julio, el acusado conoció a la víctima cuando ambos salían de un pub de ambiente homosexual ubicado en la calle Trajano y, "tras entablar conversación", se dirigieron a la casa del fallecido, ubicada en la zona de la Alameda de Hércules, donde también se encuentra ubicado el bar regentado por la víctima.
Según el Ministerio Público, el imputado se instaló en este domicilio "a sabiendas de que carecía de la documentación necesaria para alojarse en un establecimiento de hostelería, en el que sería fácilmente localizable debido a su situación penitenciaria", y hasta el día 9 de julio colaboró con el fallecido en las tareas del local que regentaba y frecuentaron diversos establecimientos de ambiente homosexual, "donde en ocasiones se mostraron en actitud cariñosa".
El día 9 de julio, aprovecharon para hacer turismo por Sevilla y visitaron las 'Setas' de la Encarnación, hasta que a las 21,00 horas volvieron al domicilio, donde, "tras tomar una ducha y realizar diversas tareas domésticas, el acusado, sin mediar discusión ni provocación alguna por parte del fallecido, se dirigió a la cocina y cogió un cuchillo de grandes dimensiones".
PUÑALADAS "REITERADAS" EN EL CUELLO
Tras ello, "de forma sorpresiva y con la intención de causarle la muerte", abordó a la víctima, "al que agarró del cuello al tiempo que le clavó el cuchillo en el pecho", cayendo Manuel sobre la cama, circunstancia que fue aprovechada por el acusado para echarse encima y apuñalarle "de forma reiterada" en el tórax hasta que el fallecido cayó al suelo, "donde continuó con su acción, con puñaladas reiteradas en el cuello, ocasionándole de este modo la muerte".
La víctima presentaba 59 heridas por arma blanca, la mayoría inciso-punzantes, siendo las más graves las que le afectaron al cuello, tórax y abdomen, a lo que se añade que la mayoría de las heridas tienen una trayectoria oblicua y descendentes, "lo que unido a la escasa altura de las manchas de sangre por salpicaduras encontradas en el domicilio, indican que la víctima, a excepción del primer golpe, no se encontraba de pie en el momento de los hechos, impidiendo de este modo que pudiera defenderse del inesperado y violento ataque".
Por estos hechos, la Fiscalía pide para el imputado, por un delito de asesinato, 23 años de cárcel y el pago de una indemnización de 75.000 euros a la madre de la víctima por los daños morales ocasionados.
LA ACUSACIÓN PARTICULAR PIDE 25 AÑOS DE CÁRCEL
De su lado, la acusación particular que ejerce la familia del fallecido, en un escrito elevado ante el Juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla, solicitó para el imputado 25 años de prisión también por un delito de asesinato, mientras que la defensa alega que se trata de un homicidio y no de un asesinato.
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