La comunidad universitaria onubense volvió este jueves a la calle para decir alto y claro que no están de acuerdo con los recortes en materia educativa que conlleva el Real Decreto aprobado por el Gobierno central, y para lograr transmitir a los onubenses que esto también les afecta a ellos, porque lo que se juega la ciudad es la Universidad pública tal y como se entiende ahora mismo.
Para ello, volvieron a trasladar las aulas al asfalto. La Plaza de Las Monjas se transformó en un campus universitario, con clases, tutorías e incluso un examen de Enfermería.
Asimismo, la comunidad universitaria también aprovechó la jornada de protesta para acudir a una sucursal de Bankia, sita en la Plaza de Las Monjas, para “pedir información sobre los créditos que tendrían que solicitar para poder acudir a la universidad”, lo que ocasionó una cola en la entidad, aunque “ningún incidente”.
Sin embargo, esto no evitó que la Policía Nacional, alertada por la sucursal bancaria, se trasladara hasta la oficina una hora después de la llegada de los alumnos y comenzará a pedir la documentación a los que estaban en la fila bajo la amenaza de una sanción de 3.000 euros por la comisión de un delito grave, eso es, alteración del orden público, al entorpecer la labor de la sucursal bancaria, además de protagonizar una manifestación no autorizada.
Pese a que se vivieron ciertos momentos de confusión y nerviosismo entre los alumnos, que temían que un simple acto de petición de información terminara con una sanción económica, ya que a algunos se le requirió su documentación, finalmente todo quedó en una anécdota, ya que tras la mediación del decano de Educación, Francisco Morales, la Policía se comprometió a que no habría sanciones si abandonaban la sucursal, como así sucedió.
Este incidente no enturbió para nada el ánimo de la comunidad universitaria, que continuó con su labor de concienciación y visibilización.
Ministro y Doctor
De hecho, el momento culmen de la jornada de protesta llegaría por la tarde con el acto de investidura del ministro de Educación, José Ignacio Wert, como Doctor Horroris Causa por la Universidad de Huelva.
La comunidad universitaria realizó un ‘happening’ con baile de zombies incluido, que fue seguido por centenares de personas ante la Subdelegación del Gobierno.
Allí, se escenificó una ceremonia que pretendía transmitir el sentir de la comunidad universitaria hacia el ministro, que “en solo seis meses ha hecho más daño a la Educación que Belén Esteban a la RAE (Real Academia Española)”.
Además del birrete (rojo como el Derecho y coronado con unos cuernos de diablo), al ‘ministro’ se le hizo entrega del libro de los estatutos de la Universidad española, que “tanto desconoce”, y unas tijeras que simbolizan “los recortes que sus manos ejecutarán”.
Entre las participantes en el acto se encontraba la ‘zombi’ Isabel Gómez, alumna de Filología Inglesa de 23 años y que acumula ya diez matrículas en la carrera. Ella representa que “esta protesta no es cosa de estudiantes vagos como quieren hacer ver, sino una protesta de personas que defendemos la universidad pública”.
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