Unos minutos después de concluir la ceremonia de investidura, Bush, acompañado por su esposa Laura, tomó el helicóptero que estaba estacionado tras el edificio del Capitolio, y voló a la Base Andrews de la Fuerza Aérea, en las afueras de Washington.
Antes, a los pies de la escalinata del Capitolio, la pareja fue despedida con un caluroso abrazo por el presidente Obama y su esposa, Michelle. A ellos se les unieron el vicepresidente Joe Biden y su esposa Jill.
El ex presidente Bush, que terminó su segundo mandato con un bajísimo nivel de aprobación ciudadana, tenía previsto dar un discurso de despedida en la base de Andrews, antes de partir rumbo a Texas, donde fijará su residencia.
En las últimas semanas, en entrevistas, en una conferencia de prensa y en un mensaje difundido a todo el país, Bush reconoció algunos errores de su gestión, pero defendió las decisiones más polémicas, como la invasión de Irak.
Tras jurar su cargo, Obama agradeció a Bush su “servicio a la nación” y la colaboración de su gobierno en la transición que comenzó tras la victoria electoral del demócrata en noviembre.
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