El arquitecto Rafael Moneo quiere que el Premio Príncipe de Asturias de las Artes que le ha sido concedido recientemente sirva como un antídoto a una profesión que está actualmente en España "tan desmoralizada".
Por ello Rafael Moneo ha querido ofrecer este premio a sus colegas españoles como "una posible reflexión" de como el terreno de la arquitectura "no está completamente destrozado".
Ha querido dar así un mensaje de esperanza a una profesión que, según ha dicho, está "tan desmoralizada" en "un tiempo en el que nuestro país está tan castigado" en todos los ámbitos, especialmente en el de la construcción.
Rafael Moneo ha hecho estas declaraciones tras participar en el ciclo "Ultramar" que a lo largo del año ha traído a Cádiz a prestigiosos arquitectos para reflexionar sobre los paralelismos de la construcción entre la capital gaditana y ciudades iberoamericanas como La Habana, Oporto, Veracruz o Montevideo.
Él ha querido traer a este ciclo, organizado por el Colegio de Arquitectos de Cádiz y el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, su experiencia en los diferentes proyectos que ha abordado en Estados Unidos.
Se ha referido en especial al reto de construir una catedral en el centro de Los Ángeles, una de las ciudades que parecen estar "más distantes de lo sagrado" y en un solar delimitado por "grandes autovías como ríos" en las que la circulación de vehículos puede asemejarse "a la sangre que corre por las venas".
"Todo trabajo es un reto, todo tiene dificultades que vencer y la mayor recompensa es vencerlas", ha dicho el arquitecto, quien ha asegurado que lo importante es que "uno se acerque cada mañana con ganas a su trabajo" y vea que lo que está haciendo no es "un simple producto de mercado".
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