Un invernadero de El Ejido ha acogido por primera vez una obra de teatro con la que se ha pretendido difundir y poner en valor la labor de los profesionales que se dedican a la agricultura bajo plástico, en una iniciativa impulsada por el Festival de Teatro del municipio.
La obra, llevada a escena por la compañía Botavara, ha servido de instrumento para ensalzar, en clave de humor, el compromiso de los agricultores con la calidad y la seguridad alimentaria de sus productos y relatar su vida cotidiana.
La autora de la pieza, Mónica López, ha explicado a Efe que la novedosa iniciativa partió del responsable de la programación del Festival de Teatro de El Ejido, Diego Ruiz, quien le propuso utilizar un invernadero como espacio escénico.
A partir de ahí, escribió una obra, "Teatro bajo el plástico", en la que el propio invernadero quedaba integrado en el hilo argumental.
La obra tiene como punto de partida la llegada de una familia procedente del norte del país para asistir a la boda de su hijo con una joven ejidense.
Los integrantes de la familia, ajenos a la realidad agrícola, muestran todo tipo de perjuicios relacionados con la actividad hortofrutícola e incluso con la forma de ser y hablar de los almerienses.
A su llegada a El Ejido, acceden por error a un invernadero, colindante al lugar de la celebración del enlace matrimonial, y allí comienzan a mostrar asco por los insectos, a quejarse del calor, y a hacer comentarios que evidencian su desconocimiento acerca del mundo del cultivo bajo plástico.
La obra se ha desarrollado en el invernadero de la empresa Clisol, cuya gerente, Lola Gómez, ha participado en la obra como experta hortofrutícola para dar a la familia detalladas explicaciones sobre el cultivo bajo plástico.
Ha explicado, por ejemplo, que las arañas de los invernaderos son de utilidad para que se coman otros insectos que atacan a las plantas y sus frutos, y que los abejorros son utilizados para la polinización.
"Todo natural, nada de plagicidas", ha dicho en defensa del cultivo bajo plástico ante los desacertados comentarios de la familia visitante.
Asimismo, ha detallado las técnicas de riego empleadas en los invernaderos para buscar el máximo ahorro y eficiencia en el uso del agua.
En la obra han participado también algunos agricultores que han relatado, hablando entre ellos mientras trabajan en el interior del invernadero, lo duro que resulta a veces su trabajo, especialmente cuando llegan las malas campañas o las inclemencias climatológicas se llevan por delante parte de las cosechas e incluso las estructuras de las explotaciones.
Asimismo, se ha puesto en valor el papel de la mujer, que muchas veces tiene que compaginar las labores del hogar y familiares con el trabajo en los almacenes hortofrutícolas.
La obra ha finalizado con un festín en una nave colindante, al tradicional estilo de hace treinta o cuarenta años, cuando las familias celebraban los grandes eventos sociales en las cooperativas agrícolas, sentados en cajas y disfrutando de los platos típicos de la tierra, ha explicado su autora.
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