“¿Usted se está riendo aquí de nosotros?”, increpó ayer al fiscal uno de los familiares de Antonio Estepa, cuyo juicio por su muerte se celebra desde el lunes con un único imputado, Mohamed N. Según informa Europa Press, el Ministerio Fiscal mantuvo su calificación inicial, en la que pedía la libre absolución del acusado.
Por ello, solicitó ayer el veredicto de inocencia al jurado, alegando que “no existen, ni mínimamente, pruebas de cargo para la condena de prisión”. El Ministerio Fiscal no encontró contradicciones en la defensa del acusado y acusó a la Policía de “buscar un culpable”.
Fue entonces cuando uno de los familiares del fallecido preguntó al fiscal: “¿Usted se está riendo aquí de nosotros?”. Acto seguido, él y otros familiares del fallecido salieron de la sala.
Antes de este episodio, peritos del Cuerpo Nacional de Policía confirmaron la compatibilidad del calzado del acusado por el crimen del Hospital, Mohamed N., con las huellas que presentaba la víctima en el costado y la espalda, atendiendo a que la persona que provocó la muerte de Antonio Estepa, ocurrida el pasado 11 de marzo en los jardines del Hospital Neurotraumatolígico, tenía un calzado del “mismo tamaño y modelo” que el del procesado.
No obstante, según informa Europa Press, los mismos peritos no han podido acreditar, tras haber elaborado su informe pericial, “características individualizantes” que relacionen directamente las botas de Mohamed N. con las huellas que se detectaron en los restos mortales.
Por su parte, la acusación particular elevó también a definitivo su escrito de acusación pidiendo un veredicto de culpabilidad al jurado popular y 25 años de cárcel por asesinato. Así, el letrado se remitó a la investigación de la policía que se ha hecho cargo del caso, la cual, según ha recordado, apunta directamente al procesado como autor de los hechos, identificándolo “plenamente” en las videograbaciones.
¿Cómo lo reconoció?
Al abogado de la acusación le resultó “inaudito” que el acusado supiera quién era la víctima, es decir, un hombre que le había pedido previamente un cigarrillo, cuando la cara estaba irreconocible, teniendo la cabeza destrozada. Tras mostrarles a los sanitarios y al vigilante de seguridad el cadáver, salió huyendo siendo interceptado al momento por un vigilante. En lo que se refiere a las muestras que identifiquen al acusado con la escena del crimen, el letrado indicó que “no hay referencias de ADN del procesado en las uñas de la víctima porque en ningún momento se defendió”. Además, los pelos hallados en la espalda del cuerpo sin vida "carecen de raíz" y no valen.
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