El gobierno de Zoido satisface así otra de las demandas de la Asociación Provincial de Comerciantes (Aprocom) y demuestra que la alternativa de tráfico al Plan Centro diseñado en su día por PSOE e IU, y de la que tanto habló cuando el PP se encontraba en la oposición, era inexistente y consistía simplemente en deshacer el modelo anterior para volver al antiguo, sin ninguna otra propuesta: dar barra libre a los coches en función de las exigencias de los comerciantes, que creen que sus expectativas de negocio dependen de que no haya cortapisas a los automovilistas.
El precedente de Tetuán
Fruto de esta mentalidad, los comerciantes ya libraron una guerra sin cuartel contra Alejandro Rojas Marcos cuando en su época como alcalde anunció -y llevó a cabo- la peatonalización de la calle Tetuán. Entonces, hasta llenaron de pancartas contrarias los escaparates de sus locales. Veinte años después de que los coches dejaran de circular por Tetuán, nadie discute de que ocurrió justamente lo opuesto a lo que de forma catastrofista auguraba Aprocom: la calle se revalorizó hasta el punto de figurar en todos los rankings como una de las diez más cotizadas de España, circula por ella no un río de coches sino de personas que la dotan de un atractivo especial y algunas de las principales cadenas comerciales (Inditex, H&M, C&M) han ido copando los locales y convirtiéndola en la auténtica ‘milla de oro’ de Sevilla.
Aunque, en cumplimiento de su promesa electoral, Zoido derogó el Plan Centro de tráfico apenas llegado al Ayuntamiento y reinstauró la libre circulación de vehículos por el Casco Antiguo, sin el límite de los 45 minutos controlado por las cámaras de vigilancia de la etapa anterior, a Aprocom, el verdadero poder en la sombra que marca las directrices al alcalde, no le pareció suficiente.
Autobuses al centro
Tampoco, por lo visto, la decisión del Ayuntamiento de reponer varias de las líneas de Tussam desde los barrios al Centro, con penetración justamente a través de la Alameda hasta la Plaza del Duque, y desde Reyes Católicos a la plaza de la Magdalena, hasta las mismas puertas de dos sedes de El Corte Inglés, le ha parecido suficiente a Aprocom. Y eso que las estadísticas de pasajeros de la empresa municipal de transportes no ha hecho más que crecer desde que los barrios del Norte, Este y Oeste de la ciudad tienen conexión directa con el Centro.
Esta tendencia se ratifica mes tras mes, y el de abril no ha sido una excepción, sino la regla. En lo que va de año, Tussam ha roto su antigua curva descendente y con 28,3 millones de viajeros ya ha transportado un 1,14% más que en el mismo periodo del año anterior. Lo más significativo del balance de usuarios del mes de abril es comprobar el crecimiento de las líneas que llevan potenciales clientes a los comerciantes del Centro:
-La línea 41, que une Los Remedios con la plaza de la Magdalena, ha transportado un 87,25% más de clientes que en su época anterior.
-La línea 27, que discurre entre Sevilla Este y la plaza del Duque, ha crecido en un 16,8%.
-La línea 32, entre el Polígono Sur y la Plaza del Duque, ha experimentado un aumento del 10,5%.
Como también han mejorado la velocidad comercial, la puntualidad y la regularidad, con la solución intermedia que ideó Zoido de incrementar la oferta de transporte público directamente al corazón del Centro permitiendo la libre circulación de vehículos, pero sin propiciar el ‘efecto llamada’ de grandes aparcamientos rotatorios como el de la plaza de la Gavidia, parecía que se había alcanzado un nuevo ‘statu quo’, a la espera de que en el futuro el Metro permitiera superar las limitaciones que imponen las estrecheces del Casco Antiguo.
Vuelta de tuerca
Sin embargo, Aprocom le ha dado una nueva vuelta de tuerca al Ayuntamiento, que se ha plegado a sus presiones para cambiar el PGOU en función de los intereses de los comerciantes y permitir nuevos aparcamientos rotatorios dentro del Casco Antiguo, con lo que escenas como la del colapso de la calle Baños por los coches esperando a que quede una plaza libre en el parking de La Gavidia se podría repetir en la calle Calatrava cuando se construya el aparcamiento de la Alameda, o en la calle Imagen si se convierte en rotatorio el parking al aire libre para residentes que se está habilitando en el solar del antiguo mercado de la Encarnación.
El delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, ha tratado de justificar el aparcamiento rotatorio en la Alameda diciendo que su construcción figuraba en el programa electoral del PP. La falsedad de este aserto ha sido puesta de manifiesto tanto por los vecinos, que han recordado que los populares sólo hablaban de estacionamientos en la periferia del Centro pero nunca dentro del mismo -en línea con lo establecido en el vigente Plan General-, y por el portavoz del grupo municipal de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, el cual ha recordado además que se trataba de una exigencia formulada en su día por Aprocom, a la que el Ayuntamiento de Zoido atiende con preferencia a los deseos de los vecinos del sector.
Extremeños y portugueses
Por tanto, como la tesis de Maximiliano Vílchez fue repudiada tanto por los residentes como por la oposición, en el Pleno del viernes el propio Zoido tuvo que tirar de otro argumentario para defender la iniciativa del PP. La sorpresa saltó cuando el alcalde justificó el futuro parking “por las dificultades de los extremeños y los portugueses” para aparcar sus coches en la zona de la Alameda, como si Sevilla estuviera a diario abarrotada de turistas procedentes de Extremadura y Portugal con el único objetivo de visitar la Alameda de Hércules en vez de los monumentos clásicos de la ciudad y no tuvieran a su disposición parkings como el de Plaza de Armas, el Arenal, Paseo de Colón, Triana y la Puerta de Jerez.
Asimismo, Zoido se hizo un lío al situar la Alameda fuera del Centro, en su intento de establecer una distinción entre el núcleo y la corona del Casco Antiguo, porque en su opinión lo moderno ahora no es caminar tranquilamente por las calles libres de coches, sino penetrar en automóvil hasta la mismísima Alameda y, una vez allí, usar otro medio de transporte para llegar a la Campana, distante tan sólo 500 metros. Pero, en tal caso, el ‘efecto llamada’ del parking rotatorio, extendido a través de la calle Calatrava hasta Torneo y la Ronda Histórica, acabará ralentizando los autobuses de Tussam y volviendo a invalidar el transporte público como alternativa a la aglomeración de vehículos privados.
Consenso a posterior
De prosperar la iniciativa del gobierno local, que deberá ser aprobada por el nuevo Gobierno de coalición PSOE-IU de la Junta de Andalucía -el que está en funciones no se ha mostrado muy proclive a dar su autorización a las modificaciones del PGOU-, implicaría el levantamiento otra vez de la Alameda, en cuya reurbanización se gastaron durante el mandato anterior 7 millones de euros. La tardanza en culminar las obras provocó el cierre de varios negocios, ante la imposibilidad de su clientela de acceder a ellos con el bulevar en pie durante meses. La historia volvería a repetirse ahora, pero con menos justificación que antes al hallarnos en plena crisis económica y bajo una política de recortes en todas las áreas y en los servicios sociales. Si no hay dinero para tantas carencias como sufre la ciudad y los sevillanos, ¿cómo justificar que sí lo hay para construir un parking rotatorio a base de destruir la inversión urbanística realizada hace tan sólo unos años?
Con todo, lo que más irrita a los vecinos que se rebelan contra los planes del Ayuntamiento y que esta tarde se han dado cita en la Casa de las Sirenas es el “compromiso” expresado en el Pleno municipal por Zoido de alcanzar un consenso con ellos. Una palabra que ven carente de sentido cuando ya el gobierno local ha decidido previamente, sin diálogo con los residentes, cambiar el PGOU unilateralmente y ha anunciado la construcción del parking rotatorio para beneficio del comercio bajo la misma fórmula popularizada por José María Del Nido, el presidente del Sevilla F. C.: “sí o sí”.
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