El mayor grueso de mascotas estaba compuesto por pájaros, gatos y perros aunque tampoco faltaron multitud de conejos, alguna que otra tortuga y peces de colores. La mascota de moda, el hurón, también fue protagonista en la jornada chisparrera.
El párroco de la localidad, José Carlos Mellados, promotor de la iniciativa, comunicaba que se mostraba muy satisfecho por el éxito nuevamente de esta convocatoria.
Fue una eucaristía singular que se celebró al aire libre donde todos los animales recibieron la bendición de San Antón, el patrón protector de los animales, que celebra su onomástica el 17 de enero.
La acción de bendecir a los animales domésticos es una tradición que comienza durante el inicio de la etapa colonial, impulsada por los frailes franciscanos, y enfocada a recordar al hombre, el equilibrio necesario entre el hombre y la naturaleza.
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