El concurso de acreedores es la figura a la que se acogen las empresas cuando son o están a punto de ser insolventes, es decir, no pueden pagar sus deudas. El concurso les permite congelar el pago de los créditos. Un equipo externo evalúa si su estrangulamiento financiero es pasajero o no. Así, según apunta el BORE en el punto 4 “los acreedores del concursado deben poner en conocimiento de la administración concursal la existencia de sus créditos”. El plazo para esta comunicación es de un mes.
En el caso de Covalco al ser voluntario permite a los gestores seguir llevando las riendas de la compañía, aunque sus decisiones pueden ser vetadas por el juez o por los administradores concursales.
La constructora ha desarrollado en estos años numerosas obras en la ciudad como la rehabilitación de la biblioteca municipal San Zoilo o el pabellón Fernando Argüelles, entre otras. Además formó parte de la UTE que realizó las obras del museo municipal. En 2010, ya hizo un ERE que afectó a 50 trabajadores y en julio de 2011, cuando estaban realizando las obras de restauración de las Barbacanas, un grupo de trabajadores se manifestó por retrasos en los pagos.
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