Recientemente, la Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos (Secem) ha confirmado la existencia de una población de rata de agua en las lagunas y charcas de la Estación Ambiental. Su presencia se detecta gracias a sus huellas, excrementos y las galerías que realizan cerca del agua
Este pequeño mamífero se alimenta de plantas acuáticas y ha adaptado su cuerpo para poder vivir en el medio acuático y terrestre. Suelen encontrarse en las orillas de los ríos, arroyos, lagunas y marismas.
Estos topillos necesitan de aguas limpias y la medida de protección más eficaz es la conservación de las riberas, así como la recuperación de este hábitat en aquellos lugares donde se han perdido.
Su distribución mundial se circunscribe a Francia y la Península Ibérica. Su estado de conservación, según la UICN, está catalogado de “vulnerable” y, en Andalucía, como “vulnerable a la extinción”.
Madrevieja supone un claro ejemplo de que la convivencia industria-naturaleza es más que posible. Situada en la vega baja del arroyo por que el lleva su nombre, cuenta con una parcela de 10 hectáreas propiedad de Cepsa. La riqueza y diversidad de sus hábitats hacen de este espacio un auténtico santuario para las aves.
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