Los vecinos critican “la poca palabra” del actual alcalde, Ernesto Marín, quien a finales del pasado año se comprometió a “acelerar” estas obras. Un año después -apuntan desde la AVV- “seguimos en las mismas circunstancias. Apenas se ha avanzado y hay poco personal trabajando en ella, con lo que nos tememos que esto se alargará bastante”.
Hasta el momento se ha concluido la reparación de la cubierta y la actuación en las fachadas traseras. También están abiertos ya los huecos para la instalación de los ascensores. Sin embargo, aún resta la que es quizás la intervención más laboriosa, la terminación de la cara exterior. Cabe recordar que se va a crear una nueva fachada en la que los cierros serán sustituidos por ventanales, una compleja actuación con la que se ganará en seguridad y en estética.
Y ésta es, precisamente, la intervención que ahora más preocupa a los vecinos. “Se aproxima el mal tiempo y mucho nos tememos que eso pueda retrasar aún más la reforma de los ventanales”, apunta Manuela Sánchez, presidenta de la entidad vecinal.
Los vecinos se quejan de que actualmente sólo hay cinco o seis operarios trabajando y así “nunca acabarán las obras”.
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