El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha reconocido que la UE necesitará ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) para contener la crisis de deuda y ha pedido aumentar el capital de esta institución a través de préstamos bilaterales de países europeos y no europeos, tal y como se acordó en el G-20 de Cannes. También ha dado a entender que el Banco Central Europeo (BCE) podría jugar un mayor papel, pero no ha aclarado cómo escudándose en el respeto de su independencia.
"Continuamos estudiando opciones adicionales para apalancar el fondo teniendo en cuenta la evolución de los mercados y el interés de los inversores. Y hemos acordado también explorar rápidamente un aumento de los recursos del FMI a través de préstamos bilaterales", ha explicado Juncker al término de la reunión.
Ampliar el fondo de rescate hasta un billón de euros fue el objetivo que se marcaron los líderes europeos en la cumbre del Eurogrupo del 26 de octubre. El objetivo de esta medida era construir un cortafuegos eficaz que frenara el contagio de la crisis de deuda a Italia y España. Los mandatarios pretendían lograr este refuerzo mediante el apalancamiento, sin aumentar las garantías que aportan los Estados miembros.
"No es posible dar una cifra de apalancamiento porque se trata de un proceso", ha explicado el director del fondo de rescate, Klaus Regling. "No necesitamos ni siquiera 100.000 millones el próximo mes", ha incidido, y ha recalcado que es "impredecible" saber si otros Estados miembros necesitarán asistencia.
"Será muy difícil alcanzar algo alrededor de 1 billón de euros, quizá (se logre) la mitad", ha dicho el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, a la entrada de la reunión del Eurogrupo. "Así que estamos buscando en otras partes y, en opinión de Países Bajos, tenemos que mirar al FMI y estar dispuestos, tanto los países europeos como los no europeos, a aumentar los recursos del FMI para que pueda intervenir más", ha defendido.
"Será muy difícil alcanzar, dado el cambio en las circunstancias del mercado, el objetivo inicial de apalancamiento", ha indicado por su parte el ministro de Finanzas de Luxemburgo, Luc Frieden. "Creo que el fondo por sí solo no será capaz de resolver todos los problemas. Tenemos que hacerlo junto al FMI y el BCE, en el marco de su independencia", ha agregado Frieden.
Al ser preguntado por la posibilidad de que el BCE preste al FMI, el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders ha señalado que "el BCE es una institución independiente, así que pondremos sobre la mesa algunas propuestas y después le corresponde al BCE tomar la decisión".
Por su parte, Juncker ha asegurado que no tiene ninguna "preocupación particular sobre Italia" y la posibilidad de que necesite un rescate. Pero ha agregado que "haremos todo lo necesario para garantizar la estabilidad financiera".
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha defendido que no se fije una cuantía máxima para el fondo de rescate por considerar que ello alimentaría la especulación de los mercados. Y ha negado que España vaya a necesitar el aval del fondo de rescate para sus próximas emisiones porque sigue financiándose "razonablemente bien, dadas las circunstancias".
El fondo de rescate sólo tiene disponibles en la actualidad 250.000 millones de euros, porque el resto ya se ha comprometido para Portugal, Irlanda y el segundo rescate de Grecia. Todos los analistas consideran que esta cantidad es insuficiente para ayudar a Italia y España.
AVALES PARA LAS NUEVAS EMISIONES DE DEUDA
El Eurogrupo ha aprobado en todo caso las nuevas reglas operativas del fondo de rescate, que le permitirán empezar a utilizar en breve sus nuevos poderes, como comprar bonos en el mercado primario y secundario, dar líneas de crédito preventivas a los países en crisis o recapitalizar bancos.
Las reglas operativas especifican que el fondo de rescate ofrecerá una protección parcial de entre el 20 por ciento y el 30 por ciento a los inversores que compren nuevas emisiones de bonos de países con problemas, dependiendo de las circunstancias del mercado. Los países que deseen esta protección deberán solicitarla y se les impondrá un programa de ajuste.
Esta primera opción de apalancamiento podrá empezar a funcionar en diciembre. La segunda opción consiste en crear filiales del fondo de rescate para atraer inversiones privadas y de países emergentes con garantías públicas. Regling ha sostenido que "muchos inversores están interesados", pero no ha identificado a ninguno y ha admitido que "no esperamos que comprometan enormes cantidades de dinero en próximas semanas o meses". Esta segunda opción estará operativa en enero.
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