Así lo ha indicado a Europa Press este vecino, José Adrián Rodríguez, que ha explicado que su propio hijo, acompañado de un amigo, fue objeto recientemente de una agresión en la calle Parque Sierra Norte por parte de un grupo de menores de entre diez y quince años, de etnia gitana, al que "intentaron robar y, por no tener dinero, le dieron un puñetazo en la boca por el que se hizo un parte de lesiones".
Cuando lo comentó con otros vecinos, "éstos empezaron a contar casos de robos de útiles como móviles o bicicletas a menores", todos ellos concentrados en un único entorno, el comprendido entre las avenidas Corral del Agua y Parque de Despeñaperros, junto al núcleo chabolista, de donde sospechan son estos menores.
"El problema es que son menores y que además las víctimas, aunque sean mayores que los agresores, no se atreven a hacerles nada", ha explicado, señalando que se ha visto obligado a acompañar a su propio hijo para salir a la calle.
Por todo ello, Rodríguez presenta este escrito, en el que "nos desmarcamos de cualquier manifestación racista o xenófoba, pues lo único que pretendemos es que se dispongan las medidas necesarias para que nuestros hijos puedan disfrutar de su propia barriada".
APELAN A LA "CORRESPONSABILIDAD"
"Ante la ineficacia a lo largo de más de 75 años por parte de las distintas administraciones para la erradicación del asentamiento, pensamos que todas la acciones sociales que se han llevado a cabo en el pasado y las que se vayan a desarrollar en el futuro por parte de las instituciones públicas en general, y del Ayuntamiento en particular, para mejorar las condiciones de vida de estas personas son necesarias y, por tanto, deben ser apoyadas por parte de todos los ciudadanos", indica el documento.
Sin embargo, los firmantes suscriben que "todas las personas tenemos derecho a salir a la calle y a pasear por nuestros barrios sin miedo a ser agredidos, y que quienes reciben ayudas por parte de las administraciones, gracias a los impuestos del conjunto de los ciudadanos, tienen la obligación de no hacer difícil la vida de sus vecinos".
Por ello, el escrito apela a la "corresponsabilidad" entre las personas que viven en el Vacie y el Ayuntamiento; "las familias del asentamiento, comprometiéndose con la educación de sus menores y aleccionándoles sobre lo negativo de esas conductas tan agresivas y sobre los perjuicios que las mismas conllevan no sólo para los menores agredidos, sino para el adecuado desarrollo e integración de su propia comunidad, y la administración, incrementando la vigilancia en la zona y supeditando las ayudas públicas al cumplimiento de unos compromisos y obligaciones en cuanto a las normas de convivencia por parte de la comunidad o las familias que las reciben".
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