"La cuestión se irá decantando hacia el lado de la legalidad por una mera cuestión o decisión del consumidor que, a un determinado precio, se convencerá de que tendrá garantías de cosas buenas, en condiciones y con total seguridad en el manejo de sus datos", ha explicado González Macho.
Ha sido durante un encuentro previo a la gala inaugural de la 56 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que abre este sábado con la proyección a concurso del último filme de Nani Moretti ("Habemus papam"), y durante la cual recogerá una Espiga de Oro como recuerdo de sus 25 años de vinculación con el festival.
La conocida como Ley Sinde o Antipiratería, cuyo reglamento facilitará la aparición de portales legales de descarga, ha supuesto para el presidente de la Academia -desde el pasado abril en sustitución de Alex de la Iglesia- "una primera toma de conciencia por parte del poder político, de que había que hacer algo".
"Aunque la ley se aprobó a regañadientes, lo fue por la mayoría de los diputados del Congreso. Al menos ya es algo que se reconozca la necesidad de actuar contra la piratería, aunque otra cosa es que su aplicación sea efectiva", ha considerado.
Este productor, distribuidor y dueño de salas de proyección, Premio Nacional de Cinematografía en 1998, ha admitido que su condición de presidente de la Academia "es como un tsunami" que se le ha venido encima, pese a lo cual "funciona muy bien" aunque "los tiempos que corren no son los mejores".
La crisis económica y la travesía por un periodo de "transición política" donde "nadie sabe, nadie contesta, nadie está", no induce a pensar que el cine español atraviesa una etapa "especialmente brillante", no así en el plano artístico, donde ha observado un momento "halagüeño y feliz".
"Intentaremos hacer lo que se pueda y ya está", ha manifestado antes de defender al cine español de las acusaciones de baja calidad y del elevado precio de las entradas.
Como el vino, ha comparado González Macho, en el cine existen añadas buenas, regulares y malas: "y no por eso hay que arrancar las cepas cuando vienen mal dadas; no se puede pretender que todo lo que se haga sea genial, habrá cosas excelentes, buenas y menos buenas, y los festivales son el reflejo de esas cosechas", ha precisado.
Sí ha reconocido, no obstante, que la industria no rinde como debiera al poner como ejemplo el cierre de numerosas salas de proyección, y ha lamentado también la desaparición de festivales como la Mostra de Valencia.
En tiempos de crisis, ha analizado, "siempre pagan los menos fuertes; entiendo que la cultura no se puede poner a la misma altura que la educación y la sanidad, pero viendo las cosas que han pasado allí (en la Comunidad Valenciana), la desaparición de la Mostra me suena a chiste".
Enrique González Macho, que como distribuidor y productor ha obtenido numerosas Espigas de Oro y de Plata desde su primera presencia en la Seminci, en 1986, recoge esta edición la suya propia como homenaje del certamen, al igual que lo hará la actriz Maribel Verdú, dentro de siete días, durante la gala de clausura.
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