La progenitora, que ejerce la acusación particular en la causa por la que se juzga desde ayer al juez, compareció como testigo en la vista oral que se celebra en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con sede en Granada, donde dijo que se siente “indignada, atemorizada e indefensa” por lo ocurrido.
La madre, divorciada del padre del menor, aseguró que se sintió “muerta civilmente” tras conocer que el juez Serrano había decidido unilateralmente sobre la tutela y custodia de su hijo, pese a que el régimen de visitas ya había sido fijado por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 4 a través de unas medidas provisionales.Además explicó que los días previos a la procesión de El Silencio, en la madrugada del Viernes Santo, no pudo contactar con su hijo y que, pese a que a partir del Jueves Santo al menor le correspondía estar con ella, no supo, hasta que se enteró a través de la prensa, que el juez Serrano había decidido prorrogar el régimen de visitas del niño con su padre.
“Ese juez no me conocía de nada, no conocía mi divorcio y encima se jactaba de que a mí no hacía falta ni escucharme porque soy mujer y víctima de violencia de género”, dijo la querellante, quien aseguró sentirse “machacada” y haber recibido un “trato vejatorio” en todo este proceso.Señaló que cuando Serrano modificó el régimen de visitas se guió por la postura de la familia paterna y de un conocido abogado “cliente y amigo”.En este sentido, se ha referido a la “maquinaria” que a su juicio “puso en marcha su exmarido” para “dejarla aplastada e indefensa” a partir de las gestiones que inició a través de su letrado.
El menor no declaró ayer en el juicio
Aunque estaba previsto que también declarara el menor, finalmente la parte que lo había propuesto rechazó la comparecencia por lo que el juicio continuará mañana con los informes finales.
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