El representante en la zona de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), José Manuel Ortega, destacó anoche que el propio armador se había desplazado hasta Gibraltar para dirigirse a la tripulación y asegurar el abono de los salarios adeudados desde esta misma mañana.
Las dos embarcaciones arribaron al Puerto de Gibraltar tras varios días fondeadas en la Bahía, después de que la empresa de cruceros que las gestionaba, Happy Cruises, cesara su actividad el pasado 25 de septiembre. Así, ambos buques se encuentran atracados a ambos lados de la terminal de pasajeros.
Ortega confirmó que los tripulantes han podido bajar a tierra con normalidad, pese a que parte de ellos proceden de diferentes nacionalidades.
En principio, se baraja como opciones más probables que su regreso a casa se inicie bien con un vuelo directo entre Gibraltar a Londres, o quizás con un desplazamiento hasta el aeropuerto de Málaga. Esta segunda alternativa cuenta con la desventaja de que parte de los empleados necesitarán una visa en tránsito para atravesar el territorio nacional, al proceder de países de fuera de la Unión Europea como Chile o Perú.
En cualquier caso, el operativo se demorará varios días toda vez que la plantilla de catering y hotel de ambos buques podría rondar las 400 personas.
Mientras, la tripulación de navegación de los dos buques permanecerá en la zona para dirigir a los barcos al nuevo destino que ordene el armador.
Impago
Los tripulantes declararon días atrás su intención de no abandonar el barco hasta cobrar las nóminas pendientes, que oscilan entre las seis y ocho semanas.
Esta situación de desconocimiento provocó “nerviosismo” y “tensión” entre los trabajadores tras el cese de actividad de Happy Cruises (Quail Travel Group).
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