El diario El País avanzaba ayer que se trata de los cuerpos de María del Carmen Espejo y su niño Antonio, y que el principal sospechoso de su muerte es un ciudadano de origen boliviano, de 52 años, dueño del terreno y de una academia en la capital.
La pareja vivía en un piso de la barriada onubense de Los Rosales, y la finca donde fueron encontrados los cuerpos fue adquirida por él en 1993.
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