Poder poner el broche final a Cibeles con 26 años es todo un espaldarazo para este joven de Marchena, que en 2006 decidió hacer las malestas e irse a Madrid, donde se está haciendo, y de manera firme, un hueco en el mundo de la moda. Lo de cerrar Cibeles fue para Rabaneda algo “increíble, inigualable e irrepetible...bueno, espero que se repita muchas veces más”, explicaba desde su estudio de Madrid, en el que sigue trabajando sin descanso. Entre algunos de los está el comenzar con las ventas, dada la buena aceptación que tuvo entre el público de la pasarela su colección.
Fue un año atrás, en la Valencia Fashion Week, cuando a Rabaneda se le comenzaron a abrir puertas, ganando el premio a mejor diseñador novel.
Rabaneda sabe jugar con los tejidos naturales, como algodón o seda, pero también maneja, y muy bien, los tejidos tecnológicos o sintéticos. Si el año pasado presentaba en Valencia una colección con formas muy forzadas, en esta última ocasión ha preferido que los cuerpos den forma y espontaneidad a sus creaciones.
Fue hace cinco meses cuando puso en marcha su propia firma, Rabaneda, que está pegando fuerte. Empezó a diseñar desde pequeño, aunque llegar hasta aquí “era como un sueño, resservado para los tocados por la mano de dios”. Pues a sus 25 años y recién estrenado en Cibeles, el cielo parece estar cerca.
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