La agresión ocurrió el 25 de febrero de 2010, cuando la víctima se dirigía a su trabajo como empleada de hogar, apreció que era seguida por una persona y fue alcanzada por un desconocido, que la sujetó por la espalda y le puso un cuchillo en el cuello para abusar de ella, hasta que apareció un coche y el agresor se dio a la fuga.
Cuando llegó a la casa donde trabajaba, su jefe salió con ella en busca del agresor y lo localizaron cerca de una venta, por lo que anotaron la matrícula del vehículo en el que se subió. El Supremo rechaza en un auto todos los motivos de recurso del condenado y considera que las declaraciones de la víctima fueron “consistentes y persistentes”.
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