Todo ello en el marco del dispositivo específico establecido para impedir que la coquina inmadura se introduzca en los canales de comercialización, por lo que han destinado patrullas de vigilancia controlando las zonas de producción, las lonjas o centros de expedición y los bares y restaurantes, ha informado la Junta en un comunicado.
Dos de las citadas denuncias se interpusieron a bares/restaurantes de la costa, por disponer de coquinas de tamaño inferior a la talla permitida y carente de la documentación identificativa del producto.
Los agentes han llevado a cabo semanalmente patrullas de inspección conjuntas, centrándose en controlar las lonjas y centros de expedición, los bares y restaurantes de la costa y las distintas playas donde se captura este bivalvo. En concreto, se han realizado 13 inspecciones a establecimientos públicos, disponiendo la mayoría de ellos de la documentación reglamentaria del marisco.
Por su parte, las patrullas realizadas por las playas de Punta Umbría, Isla Cristina e Isla Canela controlaron que los mariscadores dispusieran de autorización para ejercer la actividad, así como el tamaño de la coquina capturada. En este caso, tras las inspecciones se levantaron cinco actas de denuncia y se retiraron cinco taladros o rastros.
Las patrullas conjuntas de la Policía Autonómica y el Servicio de Inspección Pesquera continuarán durante todo el verano realizando este tipo de controles para comprobar principalmente que la coquina capturada supera la talla mínima.
Las denuncias interpuestas por la pesca o tenencia de coquina que no alcanza la talla reglamentaria son consideradas por la legislación como una infracción grave según la ley 1/2002, de 4 de abril, de Ordenación, Fomento y Control de la Pesca Marítima, el Marisqueo y la Acuicultura Marina, pudiendo llegar la sanción a una multa de 301 a 60.000 euros.
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