“Las promesas electorales lo aguantan todo, la realidad no”, esgrimen los indignados ante el argumento de Zoido de que la derogación es una promesa electoral y hay que cumplirla. También analizan la situación del tráfico en el Casco Antiguo y explican que “el volumen viario del centro no es capaz de absorver el tránsito motorizado que pretende circular por él. Dicho de otra forma: no se cabe”.
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