Los índices del desempleo dan un pequeño respiro, nunca mejor dicho, un respiro temporal. Tan efímero como los meses de playa que plaga las costas gaditanas de turistas ávidos de sol y arena. En Chiclana no podía ser menos y el leve respiro que da el paro no hace sino mirar con optimismo esta época, vacacional para algunos, laboral para otros. Cuando el trabajadorn descansa y disfruta de sus más que merecidas semanas de asueto, el trabajador sin trabajo aprovecha la ocasión.
Y cualquier cosa es buena. Con contrato, sin contrato, en blanco o en negro, aquí o allí, en paz o en guerra, en llanto o en risa... todo vale. Aunque se ha reducido la losa de los doce mil, todavía son muchas las familias con el amargor que supone levantarte cada día para mendigar un empleo. Jóvenes tirados en las calles sin futuro, esperanza y sin papel en la sociedad. Mujeres, antaño encerradas en la cárcel de su hogar, ahora sin rumbo profesional. Esperemos que el buen tiempo nos haga más alegre y quedisfrutemos de lo que tenemos.
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