La supercentenaria Angelina Torres Vallbona, considerada a sus más de 111 años como la persona de más edad de España en vida, explica en una entrevista con EFE que nunca ha enfermado y comparte el secreto de su longevidad.
"Gracias a Dios, nunca he estado enferma. Los médicos no han tenido que trabajar mucho conmigo. He tenido pequeñitas cosas, como resfriados fuertes que curaba con una aspirina, pero nunca vienen médicos a mi casa", relata Angelina en su piso del Eixample de Barcelona, a dos meses de cumplir los 112 años y acompañada de su hija, uno de sus dos nietos y dos de sus tres bisnietos.
Con el deceso de la también catalana Maria Branyas en agosto, en ese momento la persona más longeva del mundo con 117 años, Torres se convirtió en la catalana en vida con más años, y desde el fallecimiento de la aragonesa Piedad Loriente, quien murió en noviembre a sus 113 años, es la persona más longeva de España.
Aunque inicialmente cuenta que su longevidad no tiene "ningún secreto", pronto desliza que cada día desayuna "un vaso de agua con unas gotitas de limón y una cucharadita de azúcar" y que, siempre que el cuerpo se lo ha permitido, su vida se ha centrado en "ser amiga de todos" y disfrutar de largos paseos.
No es extraño, pues, que sus más allegados siempre le hayan dicho que es un ángel: "No soy ningún ángel, me gusta vivir con todo el mundo. Sufro mucho por los demás, por la gente que no tiene. Me gustaría que todos fuéramos felices", lamenta Angelina.
Una vida entregada a su familia
Angelina Torres nació el 18 de marzo de 1913 en el pueblo de Bellvís (Lleida), siendo la quinta de siete hermanos que, después de que el padre muriera cuando ella tenía apenas tres años, pronto se fueron a vivir a Barcelona en búsqueda de una mejor vida.
Cuando la edad se lo permitió, se adentró en el oficio de corbatera para la empresa 'Vinilos y Vidal', donde ganaba seis pesetas por cada 12 corbatas que confeccionaba, y más tarde fue aprendiz en una tienda de modistas, antes de la llegada de la guerra civil.
"Sufrí mucho durante la guerra. Cogía la maleta e iba a la estación de Francia para dirigirme a los pueblos. Allí comían, en Barcelona, nada. Iba al pueblo, me llenaba la maleta de comida y volvía", recuerda Angelina.
Una vez finalizada la guerra civil española, se casó con Josep Martí, con quien tuvo una hija, Mercè, y más tarde llegaron sus nietos, Gemma y Xavi, y sus tres bisnietos: Pol, Marc y Mar Joana.
Sus familiares cuentan que su longevidad no es del todo casualidad: su madre falleció un mes antes de cumplir los 100 años, y su hermana mayor, a los 93.
"He tenido la suerte de conocer a tres bisnietos, ¡qué guapos son! Gracias a Dios, he podido celebrar la Navidad con toda la familia y lo he pasado bien", subraya Angelina, quien tiempo atrás causaba furor en estas fechas gracias a sus exquisitos canelones.
Pasión por la Sagrada Familia
Siendo la persona con más edad de toda España y gozando de buena salud pese a su avanzada edad, las anécdotas de Angelina son un viaje al pasado de Barcelona.
De hecho, siempre le gusta mencionar que ha vivido el proceso de construcción de la Sagrada Familia desde sus inicios, cuando paseaba a un sobrino suyo.
"Yo vi nacer a la Sagrada Familia y la he visto crecer piedrita a piedrita. Me dijeron que construirían un templo que sería el orgullo de Cataluña y efectivamente así ha sido: ha quedado preciosa", asegura Angelina con una ilusión desbordante.
Por casualidades de la vida, ahora vive con su hija en un piso que se encuentra a pocos metros del majestuoso templo que tantos recuerdos le evoca y que espera poder contemplar una vez esté acabado.
Su próxima visita a la Sagrada Familia, quién sabe, podría estar cerca, por ejemplo, cuando cumpla 112 años en dos meses: "Siempre he tenido muchos amigos y me han querido mucho. Me he reído mucho con la gente y he disfrutado de mi familia. Si tengo salud, me gustaría juntar a la familia", concluye Angelina.
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