El campo andaluz cierra este 2024 con alivio ya que ha sido cercano a lo normal desde el punto de vista hidrológico gracias a las abundantes lluvias que llegaron durante la Semana Santa y tras el verano, lo que ha permitido recuperar gran parte de los cultivos y sentar las bases para una entrada de año con buenas perspectivas de producción si continúan las lluvias.
"Ha sido un año que se ha acercado un poquito a lo normal en gran parte de Andalucía", explica a EFE el secretario general de COAG de Andalucía, Eduardo López, quien advierte de que zonas puntuales de Almería, el altiplano de Granada y el Valle del Guadalhorce son las que más han sufrido una situación de sequía que "no ha resuelto".
López resalta que la "importante" lluvia de Semana Santa recargó los embalses de toda Andalucía a un nivel "que ha posibilitado que los cultivos de primavera y verano de regadío puedan salir más o menos con normalidad", mientras que las precipitaciones de otoño han "ayudado muchísimo", principalmente al olivar y al "desarrollo del fruto de la aceituna".
"Marzo es la llave del año", según describe a EFE el presidente de Asaja Andalucía, Ricardo Serra, quien coincide en que las lluvias del final del pasado invierno sirvieron para "dar un alivio a los pantano y a toda la zona regable" tras un año "muy castigados", por lo que si bien no ha sido 2024 un año totalmente "normal", sí es cierto que "se palió bastante la situación" de importante sequía que sufría Andalucía.
Otra perspectiva para 2025
Igualmente, las lluvias de octubre, al margen de "los daños puntuales que han hecho en algunos sitios", han abierto "una puerta a la esperanza" debido a la importante subida de los pantanos que han dado "otra perspectiva a todo el campo" andaluz, que afronta el nuevo año con una "cierta esperanza" si acompaña una "primavera larga" de precipitaciones, explica Serra.
Por otro lado, todos los cultivos se han visto beneficiados por el año hidrológico, aunque el esfuerzo de agricultores y ganaderos ha sido constante para mantener la producción.
"Se han buscado cultivos que consumieran menos agua, incluso se han anticipado o acortado los ciclos de la plantación", apunta el representante de COAG, quien subraya que se han podido recuperar hasta cultivos que llevaban "caso cuatro años sin sembrarse" o con una "reducción importante de superficie", como es el caso de la remolacha, el algodón, frutas y hortalizas, y otros cultivos como cebollas, patatas o ajos.
"Para la arboleda en general ha ido muy bien y para las dehesa, extraordinario", apostilla el presidente andaluz de Asaja, que recuerda que todas las zonas de pastos estaban "muy castigadas" y ahora esperan "una otoñada fantástica" que les permite afrontar el nuevo año "con una perspectiva completamente distinta", al igual que ocurre con otros cultivos "como el algodón, las patatas o el maíz".
El único punto negro de una climatología desfavorable han sido las granizadas en Almería y la dana registrada en Málaga y alguna zona puntual de Cádiz. "En el Valle del Guadalhorce cayeron en 7 y 8 horas prácticamente lo mismo que en el resto del año e hizo daño fundamentalmente en infraestructuras rurales, caminos y algunos cultivos, mientras que en Almería la gran granizada hundió unas 50 hectáreas de invernadero", resume López.
Tareas pendientes para 2025
"El mantenimiento de los cauces de forma racional es fundamental", advierte Serra, quien incide en que la limpieza, además de mejorar embalsamiento de agua, acelerar todas las obras pendientes y recuperar las infraestructuras perdidas por las lluvias "son "tareas pendientes que hay cumplir".
En la misma línea, el secretario andaluz de COAG pone especial énfasis en que se ejecuten "las obras planificadas en los planes hidrológicos de las cuencas" y que precisan de "inversiones púbicas y también privadas" que permitan "incorporar y aprovechar hasta la última gota de agua".
Además, López considera "fundamental" finalizar las "desaladoras planificadas", principalmente en las zonas de Málaga y Almería, mejorar las conexiones y embalses y culminar la modernización del regadío con el principal objetivo de evitar la sobrexplotación de los acuíferos.
Y todo ante un 2025 con buenas perspectivas para el campo andaluz, que espera la relajación de las medidas restrictivas y que se prolonguen las lluvias durante la primera mitad del año para dejar atrás una situación de sequía que tanto ha castigado al sector en los últimos años.
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