Este viernes, 20 de diciembre, la Infanta Elena cumplía 61 años. Lejos de organizar una comida con toda su familia como hizo el año pasado -a la que no solo acudieron todos su hermanos, también sus padres y algunos primos-, en esta ocasión vivió un día de lo más tranquilo.
A primera hora de la mañana, la hija de los eméritos abandonaba su domicilio para acudir a su trabajo. Muy sonriente, la madre de Victoria Federica refleja su felicidad ante un día tan especial, lo que podía presagiar que después de su jornada laboral lo celebrase con su familia.
Sin embargo, horas más tarde la veíamos abandonando las instalaciones de Mapfre y derrochaba complicidad con los reporteros que se encontraban en las inmediaciones bajando la ventanilla del coche para dar las "gracias" a la prensa por sus felicitaciones.
Doña Elena terminaba su jornada y se marchaba con el coche sonriente y simpática agradeciendo el cariño de la prensa en el día de su cumpleaños... pero ninguna celebración, lo vivió como un día más.
El año pasado, al ser una cifra redonda, quiso celebrarlo con toda su familia, logrando que su padre, el Rey Juan Carlos I pisara la capital para reunirse con todos sus seres queridos por el 60 cumpleaños de su hija. Incluso la Reina Letizia, con la que siempre se ha especulado que no hay buena relación, se dejó ver junto al Rey Felipe VI.
Relajada, en un discreto segundo plano y más unida a sus hijos que nunca después de los escándalos que estos han protagonizado en la prensa española, la Infanta Elena quiso tener un perfil bajo de cara a sus 61 cumpleaños.
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