Este martes se cumplen 30 años de la declaración del Parque Nacional de Doñana como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, un humedal excepcional con un rica biodiversidad y variedad de ecosistemas y unas marismas ejemplo de los procesos geológicos desarrollados durante el Pleistoceno.
Hoy, tres décadas más tarde, se está a la espera de conocer si este espacio será inscrito o no en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, después de que el organismo internacional requiriera a España la remisión de un informe sobre el estado de conservación de Doñana y las medidas a implementar para revertir el deterioro del acuífero.
La Unesco, en su último informe de agosto de 2023 sobre el estado de conservación de las propiedades inscritas en la lista de Patrimonio de la Humanidad, mostraba su "preocupación" por cuestiones como la influencia del cambio climático en este espacio natural, la pérdida de biodiversidad, o la proposición de Ley para la mejora de la ordenación de regadíos de la Corona Norte que se tramita en el Parlamento andaluz, finalmente retirada tras la firma -en noviembre de ese mismo año- del Acuerdo por Doñana por parte del Gobierno central y la Junta de Andalucía.
Asimismo, pese a reconocer los esfuerzos realizados en materia de agua, consideraba que el hecho de que tres cuerpos de agua subterráneos hayan permanecido sobreexplotados desde 2020 sigue siendo "motivo de preocupación", especialmente teniendo en cuenta la incertidumbre científica con respecto al grado en que la extracción de agua subterránea afecta al espacio natural y su Valor Universal Excepcional (UVE).
El plazo máximo que daba el organismo internacional a España para la remisión de ese informe era diciembre de este 2024. A partir de ahora habrá que esperar a su análisis y a que se determine si finalmente Doñana sigue manteniendo esos valores excepcionales que le valieron ser declarada Patrimonio de la Humanidad o si, por lo tanto, están 'en peligro' y se requiere de más actuaciones concretas.
Lo cierto es que el espacio natural está actualmente en uno de los momentos más críticos de su historia marcado por la pérdida de biodiversidad como consecuencia de la escasez de agua.
Conscientes de ello y abundando en el compromiso por la conservación de este espacio natural compartido por la sociedad civil, las administraciones, el Gobierno central y Junta de Andalucía alcanzaron un gran acuerdo para garantizar la protección del parque y el desarrollo sostenible de su área de influencia, dotado con 1.400 millones de euros, en el que se recogen medidas tendentes a recuperar aportes hídricos históricos como el del Guadiamar o la reducción de hectáreas de regadíos para aliviar la presión sobre el acuífero.
Un acuífero que, según el 'Informe preliminar sobre el estado de los acuíferos del entorno de Doñana', correspondiente al año hidrológico 2023-2024, sigue mostrando una tendencia desfavorable y la mayoría de sus zonas se encuentran actualmente en una situación de "descenso significativo", a pesar de que el último año ha sido normal en cuanto a volumen de precipitaciones.
Actualmente, ese gran acuerdo se está ejecutando, según las administraciones, a buen ritmo; desde la Junta se asegura que ha llevado a cabo más de una cuarta parte de las acciones comprometidas por el Gobierno andaluz y desde el Ejecutivo central que ya se han movilizado o comprometido más de 300 millones.
Por delante aún quedan tres años, hasta 2027, en los que aún quedan por implementar muchas medidas, todas ellas tendentes a mejorar el estado de conservación de este espacio natural y lograr que esas tres décadas como Patrimonio de la Humanidad siga sumando años.
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