El Vaticano inauguró anoche el árbol y el Belén de la plaza de San Pedro inspirado en el laguna de Grado (norte de Italia) y el Nacimiento colocado en el Aula Pablo VI realizado por artesanos palestinos y donde el niño Jesús descansa sobre una kufiya, el tradicional pañuelo palestino.
Como manda la tradición, el 8 de diciembre tiene que haberse colocado la decoración natalicia y por ello desde esta mañana los fieles y turistas podrán disfrutar en la plaza de San Pedro del majestuoso abeto de unos 30 metros de altura que proviene de un bosque del Valle de Ledro, en el Trentino (norte de Italia) y con una espectacular iluminación.
A su lado, un Nacimiento que ha sido donado por la localidad de Grado, en el que han trabajaron 40 personas, todos voluntarios, profesionales y artistas, y que ambientado en su ciudad recrea el estilo de vida de los "casoneri", habitantes tradicionales que vivían en casas de caña flotando sobre la laguna, por lo que la instalación incluirá un dique de 100 metros con agua, barcas y una pequeña playa.
Las estatuas tienen la característica de estar realizadas en barro, precisamente de la laguna.
Mientras que en el Aula Pablo VI, el auditorio donde se celebran las audiencias y actos vaticanos, se colocó una Sagrada Familia diseñada por dos artistas de Belén: Johny Andonia y Faten Nastas Mitwasi.
"Los materiales utilizados son hierro para la estructura principal, madera de olivo para las estatuas de la Sagrada Familia y otras representaciones, pero también nácar, piedra, cerámica, vidrio, fieltro y tela. Durante la preparación, recogida y construcción de las obras de arte, los artistas colaboraron con algunas instituciones cristianas locales", explicó el gobernatorado de la Ciudad del Vaticano.
La característica que más ha llamado la atención del Nacimiento es que el niño Jesús descansa sobre la tradicional kufiya.
Durante su inauguración este sábado, ante una delegación de la embajada de Palestina ante la Santa Sede, el papa Francisco hizo referencia a que "en la tierra donde nació el Hijo de Dios se sufren por el drama de la guerra".
"Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerras, no más violencia!", dijo tras ver el Nacimiento.
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