Las declaraciones se producirán en las diligencias en las que están imputados un jefe de servicio y el jefe de seguridad de Minas las Cruces de Gerena (Sevilla) tras la muerte de un trabajador y las quemaduras sufridas por otros dos al romperse una tubería de ácido sulfúrico.
El accidente se produjo el 25 de mayo de 2010 en las instalaciones de la mina, al romperse la tubería y derramarse ácido sulfúrico que causó quemaduras a tres obreros, uno de ellos con el 90 por ciento de la superficie corporal quemada y los otros dos con el 25 y el 10 por ciento.
Los tres quedaron ingresados en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y tres días después falleció el primero de los lesionados a consecuencia de las graves quemaduras sufridas.
Fuentes del caso han informado a Efe de que el juez de instrucción 20 de Sevilla tomará declaración el miércoles, como testigo, a un trabajador que fue el primero que asistió a los heridos y les trasladó hasta las duchas.
El jueves lo harán dos técnicos de la Consejería de Innovación de la Junta que han elaborado un informe sobre las condiciones de seguridad.
El primer imputado, el operador que estaba a cargo del servicio el día del accidente, compareció ante el juez la semana pasada y defendió la rápida actuación de la empresa pues se dio aviso de inmediato a los servicios de emergencia del 061.
El jefe de seguridad de la planta, imputado a petición del sindicato CCOO, que ejerce la acusación particular, no compareció a su citación del jueves y lo hará después del verano.
El accidente ocurrió en la planta de lixiviación de la mina, cuando los trabajadores realizaban labores de mantenimiento con los equipos de seguridad y protección reglamentarios, según afirmó en su día la empresa.
El sindicato CCOO, por su parte, denunció el fallo de las medidas de prevención y de los sistemas de alarma, pues los heridos fueron auxiliados por sus propios compañeros.
Según el sindicato, el cierre de la válvula de la tubería debía ejecutarse de manera automática pero falló, lo que obligó a desplazar a los tres trabajadores para que realizaran el proceso de manera manual.
Sostiene su denuncia que los trabajadores de la mina trasladaron a sus compañeros hasta las duchas de emergencia, pero una de ellas, situada a cinco metros del lugar del accidente, había quedado inutilizada por el ácido, por lo que el trabajador más grave fue trasladado a la siguiente, que estaba a 50 metros.
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