"Para que no quepa la menor duda, confesaré que soy un efusivo defensor de la Ley de Memoria Democrática". Pero no solo por el deber de cumplirla Ley, sino, sobre todo, por la memoria y la dignidad de los miles de gaditanos represaliados y asesinados. Como alegato personal queda muy bonito, como el "no soy racista porque tengo un amigo negro", pero el pensamiento hay que demostrarlo con hechos y no con palabras.
Igual hace unos años pudiera ser compatible defender el nombre de "Carranza" (sin el Ramón) con el argumento de que así quedaba desvinculado de la persona que le dio nombre (Ramón de Carranza y Fernández de la Reguera); y que así solo se hacía alusión al nombre del estadio de fútbol de Cádiz. Y nada más. Hoy, defender el nombre de «Carranza» (como nombre del estadio) es incompatible con el respeto y defensa de esas leyes; y, sobre todo, es una ofensa a cientos de familias gaditanas cuyos familiares fueron represaliados y/o asesinados bajo la alcaldía del que todavía alguno llama "Don Ramón".
Con toda la información y documentación existente sobre quién fue y qué hizo esta persona, es evidente que el nombre no puede despersonalizarse tan fácilmente. El estadio se ha llamado "Ramón de Carranza" durante ¡¡¡66 años!!! Y actualmente se mantiene en el mismo sitio y con la misma actividad. ¿De verdad se puede defenderconscientemente que «Carranza» nada tiene que ver con quien le daba nombre? ¿Acaso el estadio se llamaría "Carranza" en homenaje a unvalle de Vizcaya?, ¿o por su hijo José León?, ¿o, por qué no, por ser una parte de un collar?,¿o, puesto ya en el absurdo, porque nos tocó en el reparto de nombres de estadios? No, el estadio se llamaría "Carranza", por muy arraigado que esté este nombre, porque en su origen estuvo dedicado a Ramón de Carranza. Esto es así.
¿Se podría defender que un estadio dedicado a Adolf Hitler o Iósif Stalin quedara despersonalizado quitando simplemente el nombre de pila? ¿Acaso "Estadio Hitler" o "Estadio Stalin" no seguirían homenajeando a las mismas personas?
Y aunque esto no es una cuestión de mayorías, son muchas (MUCHAS) las personas gaditanas y cadistas que han dado marcha atrás en la defensa de esta indignidad. Nada de abrumadora mayoría de defensores de «Carranza» como nombre oficial del estadio, quizás todo lo contrario. Eso sí, al margen del nombre oficial, que cada cual lo llame como le dé la gana, faltaría más.
P. D.: El pasodoble de Manolo Santander es una obra de arte inigualable e inalterable; y se seguirá cantando tal cual con mucho gusto y a boca llena.
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