Manuel Chaves se intentó alejar del discurso triunfalista de otros años para reconocer que “2008 ha sido para todos un año difícil” e incluso pedir disculpas “en la medida en que yo pueda ser uno de los responsables” de que la política “no dé respuesta inmediata a algunos problemas que tienen los ciudadanos”.
De hecho, Chaves no se olvidó de los parados, de la subida de las hipotecas y de los que tienen problemas para llegar a fin de mes, aunque quiso dejar claro que él y todos los que se dedican a la vida pública -incluyó hasta a la oposición- están preocupados por ellos.
Ante esta situación de crisis, el presidente de la Junta quiso pedir “que confiemos en la enorme fuerza de Andalucía”, tierra a la que consideró “con un gran futuro y con un hermoso presente, no exento de dificultades”, destacando las posibilidades de “las mujeres y hombres muy valiosos que se abren paso cada día, con su esfuerzo, con su determinación”.
Se mostró convencido de que superaremos esta crisis y apuntó que los esfuerzos que se están realizando en Andalucía “son similares” a los de otras regiones. “Tengamos confianza en nosotros mismos: mucho más temprano que tarde iniciaremos un nuevo periodo de crecimiento como el que hemos disfrutado en los últimos catorce años”, apuntó.
Sobre las medidas puestas en marcha, destacó las iniciativas, tanto estatal como andaluza, para fomentar la creación de empleo a través de los ayuntamientos, mientras destacó su esperanza en que se normalicen “los créditos para las familias, para las pymes, para hacer posible que la economía se reactive”. “Estoy convencido de que las entidades financieras actuarán con la responsabilidad que la situación exige”, recalcó.
Así, garantizó que “de mi pueden esperar esfuerzo, esfuerzo y esfuerzo”, al tiempo que pidió una “actitud responsable” para alcanzar los objetivos comunes a los responsables públicos, a los empresarios y a los sindicatos.
El presidente andaluz consideró que “Andalucía se lo merece”, momento en el que repasó el esfuerzo de trabajadores, maestros y profesores, personal sanitario, fuerzas del orden público, investigadores, estudiantes, emprendedores... para hacer una mención especial a “las millones de mujeres” que cuidan de sus hijos y de las personas mayores, “un estímulo y un acicate” para luchar contra la lacra de la violencia de género.
También tuvo un recuerdo para las víctimas del terrorismo, para los emigrantes y los inmigrantes, para los militares que están en misiones de paz y para los cooperantes, y para todos los jóvenes que salen fuera para ampliar conocimientos, a los que quiso agradecer su esfuerzo “porque el futuro será yanto mejor cuanto más preparados estén los jóvenes de hoy”. El presidente finalizó su discurso dando ánimos a los que sufren alguna enfermedad o la ausencia de un ser querido para que miren el futuro “con confianza”.
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