El sumergible había recalado en el muelle gibraltareño para tareas de avituallamiento y relevo del personal. Salvador de la Encina insistió en que el hecho “había sido notificado al Gobierno”, que “como en otras ocasiones no ha gustado” pero insistió en que España “no tiene capacidad de prohibir” estas llegadas al tratarse de “una base británica”.
No obstante, De la Encina recalcó que con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero “se ha dado un paso de gigante” en relación con las actuaciones que el Ejecutivo de Aznar llevó a cabo en el caso del Tireless.
“Desde el acuerdo entre los ministerios de exteriores de ambos países, en 2006, en caso de graves averías como las del Tireless ya no se permiten escalas para reparaciones por mínimos que sean los problemas”, apuntó.
Menos entusiasmo demostró el portavoz de Verdemar Ecologistas en Acción, Antonio Muñoz, quien dijo que el Gobierno “ha vuelto a protestar con la boca chica y a olvidarse de las protestas que protagonizó en su día. De la Encina contestó a esta afirmación con que "ir por la vía diplomática no es ir con la boca chica".
Este diario pudo saber que el submarino Alexandría participó junto al Tireless en la misión en Alaska en la que murieron dos marineros a causa de un incidente.
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