Ante el “miedo a la derecha” que se podría activar por la tendencia que han marcado los resultados del 22-M, que darían mayoría absoluta al PP, su líder ha señalado que trabajará para que todos los que han ganado estén “a la altura de las circunstancias”. “Del PP, de sus gobiernos, de sus actitudes y ayuntamientos” depende que los ciudadanos revaliden la confianza puesta en su partido, añadió.
Ahora ha llegado el momento de negociar con otras fuerzas para acordar pactos de gobierno y el PP, ha dicho, "puede hablar" con todas las fuerzas políticas, salvo Bildu e incluido el Foro Asturias del ex dirigente del PP Francisco Álvarez Cascos, que fue la lista más votada en el Principado.
Y hablando de pactos, Rajoy apuesta por un acuerdo entre el PSOE, el PNV y el PP en el País Vasco para cerrar el paso a Bildu en las diputaciones de Guipúzcoa y Álava, y en el ayuntamiento de San Sebastián. No adopta una postura clara cuando se le pregunta si no hubiera sido coherente con su mensaje apartar de las candidaturas a políticos implicados en problemas judiciales, como en Valencia, y se limita a afirmar que en estos casos es "muy fácil" dar consejos y "muy difícil" tomar decisiones.
No obstante, se compromete a hacer una apuesta "muy seria" para cambiar la percepción de malestar que tienen los ciudadanos hacia la política.
Por otro lado, Rajoy, quien reconoce que sus relaciones con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "no son malas", le hace dos reproches fundamentales: que rompiera por primera vez en la historia, según él, el pacto sobre el modelo de Estado con motivo del Estatuto de Cataluña, y la negociación con ETA la pasada legislatura.
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