En silencio, todos a una, han querido protestar por una situación que es “totalmente inasumible, un caos total, un desastre”, en referencia a la situación actual del sector pesquero barbateño, tal y como señala el presidente de los armadores barbateños, Tomás Pacheco Carrascosa.
El martes, en la lonja, los barcos de la flota barbateña que faenan en el Golfo de Cádiz, vendieron el kilo de boquerones a 30 céntimos de euros. “Un desastre, no tenemos ya ninguna escapatoria, vamos directos a nuestra desaparición”, señala Pacheco.
Si el lector cree que es exagerado hablar del fin del sector pesquero barbateño, lo único que debe hacer son cuentas. El kilo de boquerones, en lonja, a 30 céntimos de euro. La caja vacía cuesta 0,41 céntimos. La tonelada de hielo está a 95 euros y el litro de gasoil a 0,70 euros. La tara máxima diaria en estos barcos es de 3.000 kilos, que se traduce, al precio dicho, en unos 900 euros tras su venta. Y en cada embarcación suelen ir de 15 a 18 marineros. Conclusión: “No tenemos ni para pagar el gasoil”.
Preguntados sobre cuáles son sus peticiones, el sector no duda en responder que “nada, por ahora no solicitamos nada, sólo pedimos a la Administración que nos mire y que nos digan de una vez qué es lo que quiere”. Pacheco incide en señalar que “queremos que la Administración nos diga si hay diez toneladas de boquerones esperando en la frontera procedente de otras flotas, porque de ser así, nos quedamos amarrados a puerto y ya está. Pero es que es un crimen, una aberración sacar pescado de la mar, explotar un caladero, para venderlo a 30 céntimos de euro el kilo. Para eso no salimos, nos quedamos en tierra”.
Prácticamente toda la flota de cerco de Barbate está faenando estos días en el Golfo de Cádiz puesto que en Marruecos, la situación política y la poca pesca, les impide acudir a ese caladero.
Pacheco explica que “hemos realizado una manifestación silenciosa porque además no teníamos permisos, pero ayer (por el martes), tras conocer el precio de venta, decidimos que no íbamos a salir a faenar por la noche. Así que quedamos todos para por la mañana acudir a Cádiz para concentrarnos”.
“Es una humillación”
En la tarde noche de ayer, tampoco tenían claro qué hacer, si echarse a la mar, o quedarse en tierra. Y es que el precio del pescado depende de los productos procedentes de terceros países, “que no se rigen por la misma normativa”, pues utilizan productos químicos para su conservación, “lo cual es un engaño al consumidor que cree que compra pescado fresco”. También, la flota barbateña que desembarca sus capturas en la Lonja de Cádiz no se le permite el uso de agua nieve para su conservación, mientras que en otras lonjas andaluzas sí está permitido. “No tenemos la misma normativa, en el muelle de Cádiz todos son requisitos para nuestra flota a manos de todas las administraciones, desde la portuaria hasta la autonómica”, señala el armador.
Por eso, desde el sector sólo se pide una cosa “que nos hablen claro, que no nos humillen más, si quieren que los 20 barcos de nuestra flota desaparezcan que lo digan y ya está, pero que digan qué es lo que quieren de nosotros… a lo mejor prefieren que estemos recogiendo plásticos y desperdicios en la mar, lo que sea, pero que sea ya. No podemos seguir con esta humillación”.
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