La influencia de Rafael Romero Barros, su padre, y la fascinación por la pintura italiana, especialmente por la de Tiziano, son dos de las características que se pueden apreciar en las obras del pintor cordobés Julio Romero de Torres.
Romero de Torres, del que este año se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento, fue un pintor muy prolífico, con más de 700 obras catalogadas en las que se puede apreciar en muchas de ellas estas dos grandes influencias, según ha relatado a EFE la mayor experta en la obra del artista, Mercedes Valverde Candil.
Su obra 'La consagración de la copla' es reflejo, por ejemplo, de 'Los desposorios de la Virgen', de Rafael, aunque "aquí la influencia de la pintura 'La consagración de Napoleón' también es fundamental", comenta Valverde, que es una de las estudiosas más reconocidas de la obra del pintor cordobés.
Pero si hay un artista cordobés que es "su fuente de inspiración" es Tiziano, del que incluso hace paralelismo con el nombre de las obras. Así el 'Amor sacro, amor profano' del italiano se convierte en 'Amor místico, amor profano' del cordobés.
Pero Romero de Torres, que era "el auténtico pintor de la Generación del 98", no era ajeno a la familia donde nació, ni la sociedad en que creció y, prueba de ello, es la influencia que ejerció en su obra el paisaje urbano y la arquitectura de su ciudad, su historia y sus tradiciones.
Guiños a la platería cordobesa
A lo largo de los veintidós años que Mercedes Valverde ha sido directora de los Museos Municipales de Córdoba, entre ellos el de Julio Romero de Torres, ha catalogado la obra del pintor, lo que le ha llevado a la conclusión que fue "el único artista dueño de una estética, creador de una pintura llena de contenidos, donde la alegoría juega un importante papel", una definición que ya hizo de él Vallé Inclán.
Los "guiños" a la platería cordobesa son otra de las constantes en las obras del pintor y ello se puede ver, entre otras obras en 'El Poema', donde incluye un ángel en plata inspirado en la obra 'San Rafael', de Valdés Leal, o la influencia de la plata cincelada de Antonio del Castillo.
Para Mercedes Valverde es "una pena" que la importancia de artistas como el pintor cordobés no provoque interés en las nuevas generaciones a las que "no les interesa la pintura, ni la literatura, ni la música, ni nada, porque estamos en otro milenio. Y las tecnologías, ese campo infinito de inteligencia artificial, para los jóvenes es muchísimo más atractivo que la pintura del siglo XX, del XIX o del XVI".
A su juicio, "hay que captar a la gente joven con su actualidad y reinventarse para que la cultura no sea esa cosa añeja que tengo que estudiar porque tengo que aprobar" porque "estamos en una época que hay que reinventarse y hay que empezar a pensar" en cómo llegar a una generación que está volcada en las tecnologías.
Para Valverde, dentro de unos años podrá comprobarse cómo existe "el arte antes de la inteligencia artificial y el arte después de la inteligencia artificial".
Respecto a la celebración del 150 aniversario del nacimiento de Romero de Torres, considera que se trata de un "tanteo" para ver qué es lo que gusta o tiene éxito de cara a 2030, "que es una fecha muy importante a tener en cuenta" por es el centenario de la muerte del pintor.
En su opinión, los actos que se están celebrando este 2024 son "preparatorios" de los de 2030, que es "donde tenemos que volcarnos y pensar en una exposición de cuadros que no se hayan visto nunca, como hicimos en 2003" con la muestra 'Símbolo, materia y obsesión'.
Julio Romero de Torres apócrifo
Mercedes Valverde ha recopilado en 'Julio Romero de Torres' su labor durante los últimos cuarenta años para "desacreditar" las obras falsas del pintor, de las que ha encontrado alrededor de seiscientas, aunque en el libro "sólo incluyo las que están firmadas, que pasan de las trescientas".
La existencia de tantas obras falsas como las que pintó Romero de Torres, unas setecientas catalogadas por la experta, se debe a que "como tenía éxito en su época y además vendía muy bien, era un pintor valorado económicamente, pues lo copian mucho".
Así, el cuadro del que ha detectado más réplicas es 'Fuensanta', "de ese tengo diez o doce de todas las partes del mundo" porque desde que Romero de Torres expuso en Buenos Aires en 1922, "donde arrasó, todo el mundo quería tener un cuadro de él" y eso llevó a que proliferaran las copias.
En la actualidad, "es mucho más fácil detectarlas porque la química ayuda una barbaridad y están empezando ya a hacer análisis de pigmentos, radiografías y ya hasta los repintes te salen en cualquier estudio que se haga". Y eso ha provocado "un parón" en las falsificaciones, concluye.
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