San Fernando

Las familias del colegio San Ignacio de San Fernando vuelven a echarse a la calle

Las últimas filtraciones en el techo de una clase de Primaria, en las que el Ayuntamiento actuó el mismo día del aviso, ha sido la gota que ha colmado el vaso

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En el colegio San Ignacio llueve sobre mojado. La comunidad educativa ha vuelto a echarse a la calle este jueves. Está cansada de esperar y de que se le acumulen los frentes. El último, aunque puntual y que ya se ha dado por resuelto por parte del Ayuntamiento, llegó el martes por la mañana. Debido al temporal de los últimos días, una clase de Tercero de Primaria amanecía con goteras. El agua caía por uno de los fluorescentes del techo, lo que obligó a reubicar a los alumnos en el hall del colegio de Infantil ante la falta de espacio por la clausura del edificio principal el curso pasado. 

Aunque el Ayuntamiento isleño actúo el mismo día que se registró el aviso y el propio concejal delegado de Infraestructuras, Javier Navarro, se personó en el centro educativa esa misma tarde con personal de la empresa especializada que realizó las obras de impermeabilización de la cubierta, los padres no se fían.

Lo ocurrido ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha provocado que las familias de ese grupo de 22 escolares, apoyados por la AMPA y otros padres, hayan vuelto a movilizarse para denunciar la situación del centro y reclamar a las administraciones que prioricen al San Ignacio.

A primera hora, acompañados de los propios alumnos, han realizado una marcha que ha partido del centro para recorrer plaza María Eugenia, calle profesor Antonio Ramos, Maestro Portela, San Rafael, Colón, Rosario y Real hasta culminar en la plaza del Rey, a las puertas del Ayuntamiento. "Junta y Ayuntamiento, cumplan su palabra"; "Ampliación ya, el cole se queda pequeño, necesita más espacio para crecer" podía leerse en las pancartas que portaban las familias.

Entre ellas se encontraba Mila Armario, madre de uno de los alumnos de la clase afectada, a cuyos alumnos han reubicado en el hall del centro. "Esto es inhumano. A nadie les duele porque nadie tiene sus hijos allí, si alguno de aquí (por el Ayuntamiento) tuviera su hijo allí, eso ya estaría arreglado. Vamos a luchar por el colegio de nuestros hijos hasta el final. Tanta ruina en el otro cole que está cerrado y no ha caído ni una gotera", se queja, lamentando que Junta y Ayuntamiento "se tiren la pelota de uno a otro".

"Es que estamos sin salón de acto, no hay comedor, son niños...lo primero son es el colegio y lo segundo es Halloween;  los niños han tenido que dar las clases en un pasillo...no hay derecho".

En el seno de la AMPA, su presidenta Amalia Ríos, reclama un certificado o algún tipo de documento que les garantice que "todo está bien" y que los niños "pueden dar las clases tranquilos". "Es que las familias con todo lo que nos ha pasado desconfían que esto no vuelva a ocurrir y que con nuevas lluvias vuelva a pasar, aunque el Ayuntamiento haya dicho que la obra está bien y que todo fue por un atasco en uno de los bajantes", señala.

Ríos también se queja de la "falta de respuestas" de las administraciones. "Es que es imposible parar a las familias. Hemos ido a plenos, a entrevistas con el Ayuntamiento y de buena forma, como la protesta de hoy, pero no hay respuestas, lo que venimos reclamando viene de atrás, que se agilicen los plazos, pero se pasan la pelota de uno a otro", lamenta.

Entre la comitiva también estaba el director del centro, José Luis Romero, que considera "justa" la reivindicación de las familias. "Ya sea por las lluvias o por la falta de mantenimiento los padres piensan que sus hijos están hoy mejor en la calle que en el aula"..

Lo que tiene claro a estas alturas es que "no habría que haber llegado a esta situación. Es un cúmulo de circunstancias. Lo que pedimos es que las administraciones den respuesta a la comunidad educativa lo antes posible después del sufrimiento que están pasando. Lo ocurrido se suma al rosario y al calvario que lleva pasando este centro", advierte.

Con un comedor provisional en el CEIP Quintanilla, a 400 metros del colegio, y pendientes de que se acometa la instalación de los dos módulos de aulas prefabricadas en las pistas deportivas del patio del centro clausurado el pasado curso para reubicar cuatro clases de Primaria, cuya solicitud se presentó con el curso empezado por parte de la Junta y que el Ayuntamiento aprobó este mismo miércoles, la comunidad educativa lo pone todo en cuarentena.

Pide que de una vez por todas que se aborde el proyecto de ampliación con una partida de dos millones de euros comprometidas al incluirse en el plan de inversiones de la APAE (Agencia Pública Andaluza de Educación) y se adecue el office del edificio de Infantil donde permanecen todos los alumnos para adaptarlo como comedor para dejar de tener este servicio a distancia. Para ello, el pasado verano se realizó al obra de instalación eléctrica para subsanar las deficiencias detectadas por la OCA (Organismo de Control Autorizado para las instalaciones de baja tensión).

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