El traslado, que comenzó alrededor de las 11:30 horas, ha concluido sin incidentes en el campamento del Huerto de la Rueda, el de mayor dimensión, y también en el de la zona del instituto y en el barrio de La Viña, el más castigado por los seísmos, y sólo quedan por ser conducidos hasta La Torrecilla los ocupantes de algún que otro refugio de menor entidad.
Una cola muy numerosa de ciudadanos con derecho a ocupar esta nueva instalación por los daños sufridos en sus viviendas aguardaba este martes el paso por la zona de registro, que controló la Unidad Militar de Emergencias para certificar la identidad de los damnificados y su residencia en Lorca.
A éstos se les expidió una tarjeta con una foto que se les hizo en el mismo lugar para su identificación.
Según el testimonio recogido por Efe, algunos de ellos se quejaban de la lejanía del nuevo campamento del casco urbano.
Al respecto, los servicios de emergencias les comunicaron que se está estudiando alguna solución para que haya facilidades de transporte con la ciudad.
El nuevo campamento tiene dos zonas de tiendas, una pequeña sobre pistas de tenis y pádel y otra de mayor tamaño en el campo de fútbol.
Cruz Roja ha tenido en cuenta para distribuir los espacios el sexo masculino o femenino, para las áreas de higiene, y la religión de los alojados cuando se preparan los alimentos.
Asimismo, María Dolores Parra, una veterinaria del ayuntamiento de Lorca, ha explicado a Efe que los animales de compañía de los refugiados, tras ser marcados con un microchip, han sido trasladados a la perrera municipal para evitar plagas en el refugio.
El director general de Emergencias de Murcia, Luis Gestoso, ha dicho a Efe que otros 1.500 usuarios de los tres campamentos instalados tras los terremotos han "entendido" que la asistencia en el nuevo es para quienes la necesitan de verdad a causa de la catástrofe.
A los inmigrantes que han acudido en los últimos días a Lorca desde otras localidades, y ocupado plaza en los campamentos provisionales, se les facilita alimento y transporte para un plazo de dos días.
Además está el grupo de los que viven en Lorca pero no se atrevían a regresar a casa por miedo aunque sus viviendas hayan sido consideradas habitables, y que tampoco podían ir La Torrecilla.
"Nuestra máxima preocupación es acabar cuanto antes con esta situación y pasar al nuevo campamento, donde los damnificados estarán más cómodos", ha señalado Gestoso.
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