Varios movimientos de Corea del Norte han contribuido a recrudecer esta semana el ambiente de confrontación en la península coreana y amenazan también con generar una mayor inestabilidad en el frente de Ucrania, al compás de la creciente cooperación militar entre Pionyang y Moscú.
Estos son los últimos pasos dados por el régimen de Kim Jong-un en el ámbito regional y algunas de sus posibles acciones para influir en una guerra que se libra a las puertas de la Unión Europea (UE) y que amenaza con transformarse cada vez más en un conflicto subsidiario que involucra a terceros.
Reforma constitucional para definir al Sur como hostil
A principios de octubre, Corea del Norte celebró una sesión de su Parlamento para, entre otras cosas, enmendar la Constitución de cara a reflejar lo dicho por su líder, Kim Jong-un, a principios de año.
El tercer mariscal de la dinastía Kim proclamó entonces que Corea del Sur (con el que no ha habido diálogo en un lustro) es ahora el principal enemigo nacional y que Pionyang cierra las puertas a la reconciliación o reunificación, un giro radical en lo que ha sido la estrategia diplomática norcoreana para con su vecino durante más de 30 años y que parece vertebrar las decisiones del régimen desde hace más de un año.
Por el momento ni la propaganda ni ningún organismo norcoreano ha revelado públicamente el contenido exacto de dicha enmienda, algo habitual en la hermética dictadura asiática.
Destrucción de conexiones de transporte con el Sur
Este mismo jueves los medios norcoreanos han hecho la referencia más directa hasta el momento sobre las consecuencias que dicha reforma constitucional acarrea para la relación con el vecino.
La agencia KCNA informó hoy sobre la voladura, llevada a cabo el martes por parte norcoreana, de los dos únicos corredores fronterizos que unen por carretera y ferrocarril ambas Coreas y dijo que se trató de "una medida inevitable y legítima realizada para satisfacer los requerimientos de la Constitución", la cual "define a la República de Corea (nombre oficial del Sur) como un estado hostil".
Aunque Pionyang lleva desde hace casi un año refortificando su lado de la frontera y preparando la amputación de estas vías de comunicación, las detonaciones en sí certifican sin ambages la determinación de Pionyang a la hora de apostar por un giro estratégico radical.
Esta acción apunta también a que la enmienda constitucional conlleva además una redefinición unilateral de las fronteras norcoreanas, lo que puede ser caldo de cultivo para que se produzcan choques bélicos en torno a la zona desmilitarizada que separa a ambos vecinos o la disputada frontera marítima en el mar Amarillo.
Envíos de propaganda
El pasado 11 de octubre Pionyang acusó a Seúl de estar detrás del envío de varios drones fotografiados sobre la capital norcoreana y cargados con pasquines de propaganda contraria al régimen de Kim Jong-un.
El ejército surcoreano ha negado -aunque de manera un tanto ambigua- ese extremo, de ahí que se crea que los responsables de esta acción podrían ser los activistas que regularmente envían desde el Sur globos al Norte con este tipo de propaganda.
Independientemente de quién esté detrás de estos drones, el lunes el propio Kim dio orden a ocho brigadas de artillería desplegadas junto a la frontera con el Sur de abrir fuego si se detectan aeronaves no tripuladas procedentes del país vecino, lo que contribuye a crispar aún más los ánimos y aumentar el nerviosismo a ambos lados del paralelo 38.
Cooperación creciente entre Pionyang y Moscú
El vicesecretario de Estado estadounidense, Kurt Campbell, afirmó el miércoles durante su visita a Seúl que "el apoyo material (en términos armamentísticos) de Corea del Norte a Rusia realmente se está incrementando hasta el punto de que su impacto se está pudiendo sentir en el campo de batalla".
Diversas fuentes en Corea del Sur, EE.UU. o Ucrania consideran probado que desde 2023 Pionyang ha suministrado a Moscú millones de rondas de artillería de 122 y 125 milímetros y misiles tácticos cuyos restos han sido localizados en el frente.
Al apoyo material podría sumarse ahora un supuesto envío de tropas al frente de Ucrania, una posibilidad que abriría una nueva y peligrosa fase en el conflicto.
En los últimos días fuentes en Ucrania o Corea del Sur han asegurado que Pionyang se prepara para enviar a final de año o que ha enviado ya (algunas de esas fuentes hablan de 10.000 efectivos) tropas al frente, algo que Moscú ha tachado de "bulo".
Esta medida se encuadraría en el pacto estratégico que en junio firmaron Kim Jong-un y el presidente ruso, Vladímir Putin, y que incluye una cláusula de apoyo mutuo en caso de que uno de los dos países resulte atacado.
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