Los hechos se produjeron el sábado cuando una patrulla fue alertada de que en un establecimiento de la calle Regino Martínez tenían retenida a una persona después de que se hubiese activado la alarma antirrobos.
Los agentes comprobaron como el retenido era un menor de edad que portaba en su pantalón un sensor de los que se colocan habitualmente en las prendas. Tras ser preguntado por los agentes dijo que había llegado desde Málaga con su novia en un turismo para pasar el día en la playa, y que la joven le estaba esperando fuera del local. Tras ser preguntada la joven, ofreció otra versión.
Finalmente, los agentes encontraron el coche en la calle San Pedro, localizaron a una tercera persona responsable de los hechos, J.P.S., y encontraron un total de 39 prendas de vestir, por un valor conjunto de 687 euros.
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