El 45% de las personas diagnosticadas de cáncer en España no ha podido hacer un retorno progresivo a su trabajo una vez finalizado el tratamiento, a pesar de que a la mayoría le hubiese gustado, según los resultados del II Barómetro Cáncer y Trabajo en España, presentado este miércoles en Barcelona.
Los resultados del segundo Barómetro, en el que han participado unas 2.000 personas de toda España de entre 16 y 65 años, han sido presentados en rueda de prensa por la presidenta de la Fecec (Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer), Maria Assumpció Vilà; la gerente de esta Federación, Clara Rosàs, y el director de la agencia de sociología GAPS, Oriol Molas, que ha elaborado la encuesta.
Rosàs ha valorado como "positivo" que el Gobierno de España se plantee implementar la baja laboral flexible, ha considerado que el debate debería ser "riguroso" y, sobre todo, no debería tener un impacto en el salario del enfermo de cáncer, ha apuntado.
La semana pasada la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, Elma Saiz, puso sobre la mesa la baja laboral flexible, lo que supone, en opinión de Rosàs y a "falta de concreción, que se reconoce implícitamente que el sistema actual de bajas laborales es ineficiente para dar respuesta a las necesidades de las personas con cáncer", ha considerado.
El retorno al trabajo de forma progresiva para los enfermos de cáncer debería contemplarse en el marco de una reforma legislativa que garantice la seguridad sociolaboral de estas personas, ha añadido.
Sin embargo, la realidad es que actualmente en España un 45 % de las personas que han finalizado un tratamiento contra el cáncer y tienen el alta no ha podido hacer una vuelta progresiva a su puesto de trabajo aunque a la mayoría le hubiera gustado hacerlo, según se desprende de los resultados del Barómetro presentados hoy.
El resto, el 55 %, ha contestado que sí ha tenido un retorno progresivo al trabajo, aunque no se concreta en el barómetro en qué ha consistido.
Los consultados han mencionado medidas pactadas directamente con la empresa como reducción de jornada, teletrabajo y otras condiciones flexibles que han ayudado a una vuelta más suave al trabajo.
El 64 % de las personas trabajadoras encuestadas ha opinado que su empresa debería contar con un protocolo para gestionar el impacto de la enfermedad en el trabajo y el 48 % ha afirmado que la compañía no ha buscado un sustituto para la persona con cáncer durante su baja laboral.
El 31 % ha indicado que la empresa no da suficiente apoyo a las personas trabajadoras que padecen esta enfermedad, el 12 % ni siquiera comunica que padece cáncer y el 35 % estima que los afectados no tienen las mismas oportunidades de crecimiento laboral.
Entre las personas encuestadas y diagnosticadas de cáncer, el 67 % afirma que trabajar es importante para ellos, doce puntos más respecto a personas no diagnosticadas que opinan sobre esta misma cuestión.
En cuanto a la reincorporación laboral tras la enfermedad, el 66 % ha afirmado que pudo volver a su puesto de trabajo y un 11 % tuvo que cambiar de tipo de trabajo por su situación de salud.
El 82 % siguieron trabajando a pesar de la enfermedad, básicamente por motivos económicos (44 %), y sólo el 18 % agotó la baja laboral, teniendo en cuenta que las afectaciones en la salud según el tipo de cáncer que se padece pueden ser muy diversas.
Sobre el estigma que supone tener cáncer, la sensación entre los consultados es que la empresa da más apoyo a los enfermos (65 % frente al 53 % respecto al Barómetro de hace dos años), aunque un 74 % de trabajadores piden más divulgación e información sobre la enfermedad en la empresa.
La presidenta de la Fecec ha considerado que estos datos del Barómetro "demuestran que los problemas que se presentan son estructurales y aún queda mucho por hacer para garantizar que todos los trabajadores puedan hacer un retorno progresivo al trabajo" tras un cáncer.
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