Los que hayáis pasado junto al centro deportivo de Los Cortijillos habréis oído, probablemente, el cantar de los pájaros emanando del interior de las instalaciones. No se trata de un nido desde el que tímidamente los polluelos píen llamando a sus padres para que les traigan algo a la boca, ni mucho menos de un árbol cercano lleno de aves cantoras. La respuesta, como suele ocurrir en la mayoría de ocasiones, es algo mucho más simple y atractivo: una exposición de canarios organizada por la Asociación Ornitológica del Campo de Gibraltar.
Aunque es originario de las Islas Canarias, de ahí su nombre, el canario silvestre acabó introduciéndose en Europa por los marineros para venderlos a la realeza, que los compraba fruto de su exótica belleza y su inclinación al canto. Con el tiempo llegó la crianza selectiva y actualmente existen más de una decena de variaciones de este ave ancestral que van desde cambios tan sencillos como la coloración a detalles tan curiosos como esos del canario moñudo, al que parece que han colocado un tazón en la cabeza y recortado el plumaje que sobra. La muestra también cuenta con ejemplares de plumaje rizado y especies exóticas como el Pinzón Mandarín, nativo de Australia, o el Camachuelo Mexicano, proveniente de México. Además de la muestra, se llevó acabo un concurso en el que a cada ejemplar le era asignada una puntuación en función de su categoría, pudiendo ir esta desde el canto hasta la forma, pasando por plumaje y color. Estos parámetros se perfeccionan a través de la ya mencionada crianza selectiva o hibridación, un proceso que involucra la selección de especímenes concretos para su cría, asegurándose de que las cualidades pasadas a su descendencia sean las escogidas por su criador. Aunque sea algo que se explique rápidamente, en la práctica es un procedimiento que puede alargarse varias generaciones de canarios, durando en ocasiones más de la cuenta debido al caracter caprichoso de la genética.
Aunque pueda parecer inverosímil, la cría de canarios es una práctica muy extendida en España (y la comarca), con criadores a lo largo de todo el país motivados por las maravillas de la evolución para recrear toda la gama crómatica habida y por haber en el plumaje de sus alados compañeros. Pero no solo de pervertir la reproducción aviaria va el asunto, también hay que tener en cuenta, como ocurre con todos los animales de compañía, las necesidades del animal: alimentación, probióticos, un baño de agua e incluso procurarles tiempo de vuelo en un espacio más abierto son solo algunas de las cosas de las que uno debe preocuparse para que estas aves puedan llevar una cómoda existencia. Como bien comentaba el presidente de la asociación, Juan Antonio Enrique, al final del día tener un canario es algo más que el cruce de genes, al fin y al cabo uno les coge cariño a sus mascotas.
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