Los padres de Juan Antonio denuncian que, en vista de la situación física de su hijo, en una silla fija de escayola con las piernas abiertas a 90º y problemas urinarios, la atención que recibe en su colegio “no es la adecuada”. Juan Antonio y María José aseguran en sus escritos de protesta que la actitud del niño en sus numerosas actividades extraescolares es madura y que con sus monitores y compañeros de juegos, es como la de un niño más de su edad. Sin embargo, añaden, es con su maestra del Parque del Estrecho, con la que el pequeño pasa largas horas llorando o peor aún, castigado en el patio del centro sin poder moverse. Una situación de la que han sido testigos muchos padres del colegio.
Ante el estado de ansiedad que muestra el niño durante horas e incluso días antes de asistir al colegio, los padres decidieron no enviarlo y así llevan desde el mes de marzo pasado. Reclaman un cambio de centro, que además de adaptarse a las necesidades del niño (modalidad A con monitor), cuente con la aprobación del colegio en general y del maestro en particular, al que solicitan que cuente con paciencia y vocación.
Condición
El último recurso de esta familia era el coordinador de asuntos de educación especial, de la Delegación de Educación de Cádiz, de quien han recibido esta semana un e-mail asegurando que la resolución de este caso corresponde al Servicio de Inspección, “una vez que el alumno se reincorpore a su colegio” y la orientadora vaya informando cómo evoluciona su situación.
La madre de Juan Antonio afirma que la Inspección está al corriente del asunto desde principios del mes de abril y no se ha hecho nada al respecto. Por su parte, la Inspección ha comunicado por carta certifica a la familia la denegación del traslado que solicitaron al centro Santa Teresa.
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