El violador en serie más conocido de Sudáfrica, Nkosinathi Emmanuel Phakathi, declarado culpable de 90 violaciones de mujeres y niñas y otros delitos, fue condenado este viernes a 42 cadenas perpetuas y 791 años y seis meses de prisión por el Tribunal Superior de Pretoria.
Se trata de una de las sentencias más duras dictadas en la historia de Sudáfrica, después de que la justicia encontrara a Phakathi culpable de 90 delitos por violación, cuatro por violación forzada, tres por obligar a un menor a que presenciara un acto sexual, 43 delitos de secuestro, dos de agresión y cuatro de robo.
Phakathi, natural de Ekurhuleni de 39 años, limítrofe con Johannesburgo, cometió estos delitos en su ciudad y los alrededores entre junio de 2012 y marzo de 2021, cuando fue detenido.
Durante el juicio se estableció que la mayoría de sus víctimas fueron niñas en edad escolar, la más pequeña de solo nueve años, mientras que la de más edad conocida fue una mujer de 44 años.
Inicialmente, Phakathi se enfrentaba a 203 cargos, pero el Estado retiró 55 considerados menores. Ante la jueza, se declaró culpable de los 148 restantes.
Además de la pena de cárcel, una de las más duras en la historia de Sudáfrica, la sala ordenó que Phakathi fuera incluido en el Registro Nacional de Delincuentes Sexuales y en el Registro Nacional de Protección de Menores.
El violador en serie atacaba a sus víctimas cuando iban o volvían del colegio o del trabajo e incluso en sus propios domicilios.
Para acceder a las casas, Phakathi se hacía pasar por un electricista que respondía a una llamada para arreglar algún electrodoméstico.
En ocasiones, el hombre obligaba a familiares de las víctimas, incluidos niños, a mirar mientras las agredía sexualmente.
También instaba a chicos jóvenes a violar a sus amigas y aterrorizaba a algunas de sus víctimas en sus casas.
En marzo de 2021, Phakathi fue finalmente detenido y se probaron algunos de los delitos mediante pruebas de ADN. También se realizó un informe sobre su 'modus operandi'.
El acusado fue declarado culpable el 8 de noviembre de 2022.
Durante el procedimiento para establecer su sentencia, pidió al tribunal indulgencia al imponer la pena y que tuviera en cuenta los tres años y seis meses que había pasado en prisión preventiva a la espera de la resolución del caso.
Phakathi, que perdió una pierna por disparos de la Policía durante su detención, afirmó que no era la misma persona que cuando cometió las decenas de delitos.
Sin embargo, la fiscal Salome Scheepers argumentó que el violador en serie había cometido delitos muy graves que causan humillación y atentan contra la dignidad de las víctimas.
Además, Scheepers añadió que Phakathi no mostró "ningún remordimiento" por sus hechos y que solo se declaró culpable, en su opinión, porque el Estado tenía pruebas demasiado contundentes contra él.
La jueza Lesego Makolomakwe coincidió con la fiscal en su valoración y consideró que no había rehabilitación posible para el violador.
La Autoridad Nacional de la Fiscalía (NPA) acogió "con satisfacción la sentencia, con la esperanza de que envíe un mensaje firme de que la NPA se toma en serio los asuntos de delitos sexuales".
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