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¿Estás pensando en avalar a tu hijo para comprar una vivienda? Mucho cuidado

Avalar a un hijo en la compra de una vivienda puede tener graves implicaciones financieras. Infórmate bien antes de tomar esta decisión

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  • Firma de hipoteca. -

Avalar a un hijo para que pueda acceder a la compra de una vivienda es una de las decisiones financieras más comprometedoras que un padre o madre puede tomar. Aunque pueda parecer una muestra de apoyo familiar, este tipo de compromiso puede tener consecuencias serias en el patrimonio y el futuro financiero del avalista. En este contexto, el avalista se convierte en el garante de la deuda de su hijo, lo que significa que si este último no puede hacerse cargo de las cuotas hipotecarias, la responsabilidad de los pagos recaerá directamente sobre el avalista.

La necesidad de un aval surge, generalmente, cuando el hijo no cuenta con una trayectoria de ingresos estable o suficiente. Los jóvenes que solicitan hipotecas muchas veces lo hacen sin tener una antigüedad en sus ingresos o con perfiles crediticios considerados de alto riesgo debido a deudas anteriores o impagos. En este caso, el banco requiere de un avalista que sirva como garantía de que la deuda se saldará, sea cual sea la situación del titular de la hipoteca.

Tipos de avales hipotecarios

Existen dos tipos de avales que suelen aplicarse en este tipo de operaciones: el aval permanente y el aval parcial. El aval permanente es el más común y se mantiene vigente hasta que la totalidad de la deuda ha sido saldada. Esto puede significar que, durante décadas, el avalista tenga que convivir con el riesgo de tener que asumir la hipoteca de su hijo en caso de que algo salga mal, tal y como informa ASUFIN. Por otro lado, el aval parcial cubre solo una parte de la deuda, lo que puede reducir el riesgo, pero no lo elimina por completo.

Uno de los riesgos más graves de avalar es que si el hijo no paga la hipoteca y el avalista tampoco puede hacerse cargo de las deudas, sus bienes personales podrían ser embargados. Por ejemplo, si el avalista ha ofrecido su vivienda como garantía, corre el riesgo de perderla si no puede cubrir los pagos que su hijo no haya realizado. Además, sus datos quedarán inscritos en la Central de Riesgos del Banco de España (CIRBE), lo que puede limitar significativamente su capacidad para solicitar futuros créditos.

Compromiso financiero y herencias

Avalar también implica un compromiso a largo plazo, y este compromiso puede trascender más allá de la vida del avalista. En caso de fallecimiento, la deuda avalada no desaparece; se transfiere a los herederos, quienes tendrán que asumirla. En el caso de matrimonios en régimen de gananciales, la pareja del avalista también se verá afectada por esta responsabilidad financiera.

Dado el alto riesgo que supone ser avalista, es fundamental que los padres se informen exhaustivamente antes de firmar cualquier contrato. Conocer los detalles del acuerdo hipotecario y asegurarse de la solvencia y compromiso de su hijo con el abono de la hipoteca es crucial para evitar sorpresas desagradables. Además, sería prudente acordar la duración del aval y las condiciones bajo las cuales este dejará de estar vigente, como un porcentaje o cuantía específica de la deuda que, una vez saldada, elimine la figura del avalista.

Consecuencias a largo plazo

El impacto de avalar no solo se limita a los riesgos inmediatos, como el impago o el embargo de bienes, sino que también afecta al rendimiento financiero a largo plazo del avalista. El hecho de estar registrado en la CIRBE puede comprometer futuras solicitudes de crédito para proyectos personales o inversiones. Además, estar en la lista de morosos puede tener graves repercusiones en la vida financiera del avalista, que puede verse limitado a la hora de acceder a productos bancarios o líneas de crédito.

Por todo ello, es vital considerar esta decisión con máxima cautela. Ser avalista no es solo un acto de confianza hacia el hijo, sino una responsabilidad económica que puede marcar el futuro financiero de la familia. En un contexto de incertidumbre económica y mercados inmobiliarios volátiles, el avalista debe evaluar si está en condiciones de asumir un riesgo de tal magnitud.

Si bien la idea de ayudar a un hijo a acceder a la compra de una vivienda es noble, es igualmente importante proteger el propio patrimonio y tomar decisiones bien fundamentadas. Como recomiendan desde ASUFIN, es esencial informarse bien antes de tomar este tipo de decisiones y, en caso de duda, buscar asesoramiento profesional que pueda guiar en la toma de la decisión correcta.

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