Hace ya casi dos meses que Desirée Rovira regresó de Tailandia, donde entrena duro en busca de su sueño: ser campeona del mundo profesional de Muay Thai. Con la fuerza gaditana por bandera, Desirée es una luchadora nata. Tanto es así que en mayo se rompió el peroné entrenando, pero, sin conocer el alcance de la lesión y haciendo frente al dolor, fue capaz de competir en Hong Kong.
Quiero ayudar, poner mi granito de arena para que la situación mejore y devolverle a mi ciudad y a sus mujeres tantas cosas positivas como me han dado a míTras ese combate, una revisión médica desveló la fractura y los doctores no daban crédito ¿Cómo había aguantado el dolor para entrenar y competir a alto nivel? Nadie se lo explica. Bueno, nadie que no conozca a Desirée Rovira y su carácter ganador.
“He estado haciendo rehabilitación, tanto con escayola como ya una vez retirada, para recuperarme lo antes posible y que el hueso esté perfecto para mi vuelta al ring sin problemas”, explica en una conversación con Viva Cádiz.
Pero durante este tiempo desde su vuelta a Cádiz una inquietud la asaltó: “me he sentido abrumada por todas las noticias sobre agresiones y asesinatos de mujeres en España”. Ante esta situación, se ha puesto manos a la obra: “me he sentido en la obligación de ayudar y dar mi apoyo a las mujeres de mi ciudad para que tengan herramientas para actuar frente a una situación de este tipo”.
La playa como escenario
Con esta idea organizó un taller de defensa personal en la playa de Santa María del Mar. “Lo hago por las mujeres, por y para ellas, no por dinero, el precio fue la voluntad”, nos cuenta insistiendo en que su deseo es “ayudar, poner mi granito de arena para que la situación mejore y devolverle a mi ciudad y a sus mujeres tantas cosas positivas como me han dado a mí”.
“Hice el cartel con la ayuda de una amiga, lo anuncié en redes sociales y la reacción fue increíble”, celebra, satisfecha porque “se inscribieron bastantes, desde amigas a mujeres que no conocía”. Este taller se había preparado para una hora y media, pero se extendió hasta las dos horas visto el interés de las participantes y el buen ambiente: “fue increíble, todas se ayudaron y apoyaron en las técnicas”. “Me sentí muy acogida y fue muy especial para mí por ser el primero, ser en mi ciudad y para mujeres”, dice.
Tan buena fue la experiencia que está deseando repetirla porque “ahora mismo es necesario, además, las técnicas hay que recordarlas y practicarlas, si no caen en el olvido”. “Cuanto más se practica más se asume y más natural saldrá en el caso de encontrarse en este contexto, que esperemos no ocurra”, reflexiona Desirée, que bromea con que “no se sale del taller siendo Kung Fu Panda ni un profesional, pero al menos me quedo satisfecha si memorizan alguna técnica que puedan aplicar y les ayude”.
“Me llena, me siento bien con esto, repasamos técnicas de defensa personal y algunas técnicas de Muay Thai que pueden ser útiles”, explica. “Mi vida es el Muay Thai y si puedo ayudar con ello me hace aún más feliz”, asegura Desirée Rovira, una gaditana que no olvida sus raíces y que, con su tesón, está más cerca de conseguir su sueño.
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