De este modo, agentes de la Guardia Civil que se encontraban libres de servicio recibieron aviso de que una joven estaba siendo atendida en el centro de salud por cortes producidos por arma blanca en cara y cuello, por lo que, "aún siendo fiesta" en la localidad, acudieron "con celeridad" al mencionado centro de salud para informarse de lo sucedido.
Una vez allí, contactaron con el facultativo que había tratado a la paciente y este les explicó que se trata de una joven de 19 años, muy nerviosa y asustada, que fue atendida por cortes cuyo origen no supo explicar de manera clara. Al preguntarle los facultativos sobre el origen de estas lesiones, la joven dijo que se los había hecho de forma accidental con un cuchillo.
La Benemérita se puso en contacto con el padre de la joven, que acudió al cuartel e informó sobre sus sospechas de que su hija es víctima de violencia por parte de su actual pareja, pues incluso en su presencia habían tenido fuertes discusiones con episodios violentos, por todo lo cual puso la correspondiente denuncia.
De igual modo, mostró a los agentes su inquietud por el estado de su nieta de dos años fruto de una anterior relación de su hija que, al parecer, se encontraba en esos momentos en la vivienda con el presunto agresor. "Rápidamente", los guardias civiles acudieron a la vivienda del presunto agresor y consiguieron poner a la niña fuera de peligro, entregándola en custodia a su abuelo.
En el domicilio, sorprendieron al presunto agresor, que había intentado quitarse la vida colgándose del cuello con unos cables. La Guardia Civil lo trasladó al cuartel a la vez que dio aviso a una ambulancia. Una vez que el personal sanitario certificó que estaba fuera de peligro, se detuvo a O.T.R., de 20 años, por un presunto delito de malos tratos/violencia de género con resultado de homicidio en grado de tentativa.
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