La brecha entre el número de hombres y mujeres con estudios superiores y valores feministas es tan amplia que obliga a un tercio de las mujeres heterosexuales de esas características a no tener pareja o bien emparejarse "hacia abajo".
Es la principal conclusión del estudio "Desajustes en la búsqueda de pareja: educación y valores de género en el mercado matrimonial español", de la socióloga Maike van Damme, del Centre d'Estudis Demogràfics (CED), vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona.
En una entrevista con EFE, Van Damme señala que hizo este ejercicio teórico partiendo de la base de que existieran tantos hombres como mujeres heterosexuales en la sociedad, que todos buscaran juntarse con alguien similar -'homogamia'-, y a partir de los datos de la Encuesta de Fecundidad de 2018, entre otros estudios.
Las cifras de disimilitud de estudios superiores por sexos apunta que habría 62 mujeres con estudios superiores frente a 42 hombres.
Esa brecha educativa universitaria no es nueva, pero, como apuntan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022, estaría yendo cada vez a más.
Así, en la franja de edad de 25 a 64 años, el 45 % de las mujeres tenía titulación universitaria, frente al 37 % de los hombres, pero entre las generaciones más jóvenes, que aún no han cumplido los 30, la diferencia se agranda: seis de cada diez féminas frente a cuatro de cada diez varones tenían estudios superiores.
En cuanto a la brecha de género en valores igualitarios, se daría una diferencia de entre el 11 y el 13 % a juzgar por las respuestas dadas por unos y otros sobre la importancia que dan a la igualdad tanto en la esfera pública como privada.
Los y las encuestadas se pronunciaron sobre afirmaciones como "una madre que trabaja puede tener una relación tan cercana con su hijo como una madre que no trabaja", o "para una mujer la prioridad debe ser su familia más que la carrera profesional", "cuando los empleos son escasos los hombres deberían tener más derecho a un trabajo que las mujeres"..
Van Damme cuenta que, de todo lo desgranado en su análisis, se puede concluir que una tercera parte de las universitarias heterosexuales permanecerían solteras -no confundir con solas- por falta de varones equivalentes.
La otra opción que queda a estas mujeres, señala, es la opción B de emparejarse "hacia abajo", esto es, cuenta, con hombres con un nivel de estudios inferior al suyo y menos valores igualitarios que ellas.
Más allá, la socióloga neerlandesa destaca que la brecha se amplía cuando ellos tienen un nivel bajo o medio de formación, por lo que es probable que si sigue habiendo diferencias de nivel de estudios se amplíe aún más la diferencia entre valores igualitarios en el futuro.
Van Damme ha añadido que la búsqueda de hombres con valores igualitarios tiene que ver, entre otros asuntos, con que aún está pendiente la segunda parte de la revolución feminista, la que lleva a los hombres a asumir las tareas del hogar que también les corresponden, esto es, que después de que las mujeres se han normalizado en el trabajo productivo, ahora ellos también hagan lo propio en el reproductivo.
En el propio campus de la UAB, distintas alumnas han explicado a EFE sus impresiones sobre estas conclusiones, que parecen compartir casi como "obviedades", especialmente por lo que respecta a la escasez de hombres "realmente" feministas.
Así lo ve entre otras Jana, estudiante de Psicología, y que asegura que "la brecha más que en lo intelectual, se ve en cuanto a valores".
"Está claro que ellos no viven en primera persona los problemas de igualdad del feminismo. Está claro que es algo sobre lo que tenemos más conocimiento normalmente nosotras. En ese caso, al menos, yo lo que pido es que los chicos tengan una actitud de escucha y la voluntad de empatizar", cuenta.
Otra estudiante universitaria, en este caso del grado de Química, Carla, de 21 años, opina que "cuesta encontrar a hombres que sean realmente feministas en los hechos y no solo de palabra".
"Muchas veces conoces chicos que se autodenominan feministas pero luego no te defiende en los grupos de WhatsApp y siguen haciendo bromas machistas, por ejemplo", añade la joven, quien también destaca que la actitud patriarcal y misógina de los hombres se agudiza "cuando están en grupo".
Por su parte, Benedetta, italiana de Erasmus en Barcelona, cuenta que ella sí ha encontrado a un hombre feminista.
"Tengo la suerte de tener un relación un hombre que es feminista. Él me dice que claro que puedo hacer yo lo mismo que un hombre, pero que sabe que también que como mujer me enfrento a algunos peligros que ellos no, como volver sola a casa de noche", afirma.
Que las mujeres con estudios y autoestima tienen más dificultad para emparejarse nos lo había contado el audiovisual en las últimas décadas a través de películas o series como 'Sexo en Nueva York' o 'Girls', pero ahora la sociología empieza a demostrarlo con datos.
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