“No queremos perjudicar a nuestros alumnos y queremos asegurarles, en la medida de nuestras posibilidades, que tengan un desarrollo normal de su curso académico”, señaló ayer el colectivo en un comunicado en el que explicaban el motivo de la reconsideración de su postura.
“Ellos no son culpables de la pésima gestión de Cajasol y creemos que nuestros alumnos se merecen todo el respeto y el derecho a terminar su curso con normalidad. También queremos dar un paso adelante y mostrar así nuestra buena voluntad para que así Cajasol se siente a dialogar”, señalaron.
Los trabajadores de la escuela protagonizaron el pasado jueves un encierro en ambos centros para protestar “porque hasta la fecha no hemos tenido respuesta de Cajasol para una búsqueda de viabilidad de nuestro centro, el mantenimiento de los puestos de trabajo y la readmisión de los ocho compañeros despedidos”.
La postura adoptada por los profesionales del centro ha sido la de presionar a los responsables financieros desde el mantenimiento de la actividad docente. “Con este acto de protesta, huelga a la japonesa, como lo hemos denominado, queremos mostrar nuestra disposición a querer seguir trabajando y demostrar que seguimos luchando por la viabilidad del centro, algo que sería posible con la voluntad de Cajasol”, manifestaron.
Así, insistieron en que “no queremos perjudicar a nuestros alumnos, ya que ellos no tienen la culpa de la nefasta gestión de Cajasol y es importante asegurarles una formación y unos servicios de calidad, como siempre se les ha ofrecido”.
En este sentido, indicaron que los alumnos “no tienen por qué recibir peores servicios ahora que la situación está como está. Tienen los mismos derechos que los alumnos que estudiaron en nuestro centro cuando no existía este conflicto”.
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