El juicio contra el hombre acusado de asesinar, a finales de mayo del año pasado, a su hermana embarazada y a su hijo de tres años en el chalé de Las Gabias (Granada) donde residían se desarrollará por la fórmula del jurado popular, según ha determinado el juez que está instruyendo la causa.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Santa Fe ha transformado las diligencias previas en procedimiento del tribunal de jurado y la causa está pendiente de que se celebre la comparecencia prevista en estos casos para concretar la imputación, según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
Los cuerpos sin vida de la mujer, de 38 años y natural de Torredelcampo (Jaén), y de su hijo fueron encontrados el 27 de mayo del año pasado con señales de violencia a raíz de que el padre de familia --que se encontraba de viaje de trabajo-- alertara al 112 de las Islas Baleares de un presunto robo en el domicilio después de que saltara el sistema de seguridad.
El presunto asesino permanece en prisión provisional desde que fuera detenido apenas dos días después del crimen de su hermana, que estaba embarazada de ocho meses, y de su sobrino. Está investigado por la presunta comisión de tres delitos de asesinato, si bien a lo largo de la instrucción se determinará si se mantiene esta calificación o se modifica por la de dos delitos de asesinato y un delito de aborto. En todo caso, la brutalidad del crimen hace pensar que, llegado el momento, las acusaciones pedirán la máxima pena prevista, que en España es prisión permanente revisable.
La Guardia Civil inspeccionó la vivienda e hizo una reconstrucción de los hechos junto al presunto homicida antes de su ingreso en prisión a fin de recabar la máxima cantidad de indicios posibles en este caso, en el que se apuntaron a rencillas familiares por una herencia como posible móvil de los asesinatos.
Los especialistas de Criminalística visionaron las imágenes de las cámaras de seguridad y también examinaron a fondo el interior del vehículo con el que el detenido se desplazó hasta la vivienda, a la que accedió sin necesidad de forzar puertas ni ventanas, por lo que presumiblemente tenía llaves, y para cometer los crímenes usó una barra de hierro --con especial ensañamiento-- que fue localizada por los investigadores.
Posteriormente, supuestamente intentó quemar un colchón donde estarían los cuerpos de las víctimas con el presunto objetivo de alterar la escena del crimen, aunque no llegó a prender y no lo consiguió.
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